Los museos son espacios, públicos o privados, donde se ubican objetos de valor histórico-artístico para su investigación, conservación y divulgación entre los ciudadanos. Constituyen una suerte de santuarios que custodian los valores culturales que nos ha deparado nuestro pasado. Un pasado cuyo conocimiento resulta indispensable conocer para saber interpretar el presente y diseñar las líneas maestras de lo que queremos que sea nuestro futuro. Son los depositarios y custodios de la herencia del pasado cultural al que nos debemos.

Canarias, nuestras Islas, siempre han sido respetuosas con su historia y su cultura. Por eso ha sido y es rica en museos de diverso contendido, tanto públicos como de titularidad privada o compartida. Lo ha sido y lo es porque es consciente de que el conocimiento del pasado, incluso con sus errores, resulta imprescindible para interpretar el presente y para sentar las bases de lo que puede ser el porvenir. Puede afirmarse que un pueblo sin pasado es un pueblo sin futuro. Porque, como ha escrito el novelista checo Milan Kundera, "la lucha de la memoria contra el olvido es la lucha de la libertad contra la tiranía".

Consciente de la necesidad de sumar esfuerzos para potenciar la existencia y la funcionalidad de este tipo de instalaciones y servicios culturales, nuestro Gobierno, a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural, organizó y celebró el pasado fin de semana en el Liceo Taoro de La Orotava el I Congreso canario de museos, que además rindió un más que merecido homenaje al prestigioso antropólogo de la Universidad de La Laguna, Fernando Estévez, recientemente fallecido. Durante casi tres jornadas, alrededor de doscientos cincuenta profesionales vinculados al mundo de la museística y archivística, procedentes de centros de diversos puntos del Archipiélago, realizaron una auténtica "puesta en común" en la que intercambiaron experiencias, puntos de vista y propuestas a desarrollar en los próximos años en nuestras Islas.

Y es que Canarias, los canarios, necesitamos conocernos más culturalmente. Es la única manera de construir una conciencia identitaria que nos unifique y nos fortalezca como pueblo. Una conciencia que nazca y se alimente del orgullo de haber nacido en esta tierra y de haber traído hasta el presente el patrimonio cultural que nos dignifica y nos ennoblece. Hemos de conocer lo que fuimos para saber lo que somos. Y ese conocimiento está en los yacimientos arqueológicos, en los museos de cualquier naturaleza, en los archivos históricos y administrativos, en las pinacotecas, en esas instituciones que albergan, protegen y difunden lo que hemos hecho y hemos sido en el pretérito. Es el camino más fecundo para construir el futuro.

*Viceconsejero de Cultura y Deportes