El Día de las Letras Canarias de 2017 estará dedicado al escritor Rafael Arozarena, autor entre otras obras de la novela "Mararía", una de las más importantes de la narrativa canaria contemporánea y que obtuvo con Isaac de Vega el Premio Canarias de Literatura en 1988.

La propuesta fue aprobada hoy por el Consejo de Gobierno de Canarias y según explicó la portavoz, Rosa Dávila, la elección de Rafael Arozarena (Santa Cruz de Tenerife 1923-2009), supondrá un especial reconocimiento a su prestigioso trabajo como poeta y prosista.

El programa de actividades previsto para 2017 se iniciará el 21 de febrero con los actos institucionales en los que se recordará la figura de Viera y Clavijo, en cuya conmemoración se instituyó esta celebración.

A partir de esa fecha, y a lo largo de todo el año, se celebrarán diversas actividades en torno a la figura del escritor seleccionado en esta nueva edición, Rafael Arozarena, con la finalidad de que la obra y la vida de este autor sean conocidas por el máximo público posible en todas las islas.

Dentro de las acciones a realizar se encuentran la celebración de un acto institucional en las islas capitalinas y la publicación de una antología literaria y una revista divulgativa que se distribuirán en todo el Archipiélago.

También se realizará una exposición itinerante que visitará las siete islas, así como la elaboración de juegos didáctico-literarios en torno a los campos en los que se desarrolló la vida del autor: literatura, ajedrez, teatro, política, micología, submarinismo, dibujo y naturaleza.

Nacido en Santa Cruz de Tenerife el 4 de abril de 1923, prosista, pero ante todo poeta, Rafael Arozarena perteneció al grupo denominado "fetasiano".

También hay que destacar su faceta de naturalista, estrechamente conectada con la de literato, siendo la interpretación de la naturaleza parte de su esencia creadora, idea recibida de su profesor Agustín Cabrera Díaz, catedrático de Ciencias Naturales, pero sobre todo del prestigioso entomólogo Anatael Cabrera.

El color es, por otro lado, otra de las constantes que figura igualmente en la obra de Arozarena.

Esta pasión por las tonalidades cromáticas asociadas al mundo de la imaginación se plasmó asimismo en su afición por la pintura, de la que ha dejado interesantes muestras de diversos cuadros.