El Ballet Nacional Sodre de Uruguay, dirigido por Julio Bocca, actuará por primera vez en el Liceu, entre el 16 y el 20 de diciembre, con el clásico ballet "Coppélia", en una versión de Enrique Martínez "ágil, dinámica, muy colorista y juvenil", ideal para toda la familia unos días antes de la Navidad.

El coreógrafo argentino ha dicho hoy sentirse "emocionado, excitado, orgulloso, nervioso" antes de ofrecer en la ciudad condal por primera vez en España esta versión de Martínez, que se estrenó en 1968 en el Brooklyn Academy of Music de Nueva York, y que ve como una de las "más completas" y "comprensibles" de las que se han armado sobre la obra.

La música es de Léo Delibes y la dirección musical corre a cargo del uruguayo Martín García, quien ha querido imprimir "un ritmo muy particular" a esta propuesta, que tiene un fuerte carácter teatral.

La pieza narra la historia de Coppélia, una muñeca autómata del doctor Coppélius, con la que quiere robar el alma del joven Franz, lo que no conseguirá, porque Swanilda, su prometida, haciéndose pasar por la muñeca, lo salvará.

Bocca no ha escondido que, aunque el argumento sea "oscuro", cuestionándose la moral científica que desafía la fe y quiere crear vida con la razón, la puesta en escena de esta versión "es muy alegre".

A la vez, ha aseverado que es "coreográficamente muy rica, muy bailada" y "técnicamente innovadora".

Mantiene que "exige mucho tanto técnica como físicamente a los bailarines", pero, al mismo tiempo, es muy soportable para ser vista por los niños.

En esta ocasión, una setentena de personas de la compañía se han desplazado hasta España -después viajarán a Madrid- y en las funciones de Barcelona habrá tres repartos diferentes, mayoritariamente de jóvenes bailarines, aunque en el rol de Swanilda también se encuentre la veterana María Riccetto.

En el mismo papel estarán Paula Penachio y Ariele Gomes, mientras que actuarán como Franz el brasileño Gustavo Carvalho, también muy contento de recalar en España en el final de la gira internacional del grupo, y el malagueño Ciro Tamayo, que lleva ya cinco años en Montevideo con una compañía que "ha resurgido, después de estar un tiempo dormida".

Al frente del Ballet Nacional Sodre desde hace seis años, Bocca reconoce que sí ha llegado a tener la tentación de convertirse en el doctor Coppélius (lo hacen Daniel Galarraga y Alejandro González), pero "dirigirla bien lleva mucho tiempo y más si quieres llegar al nivel que quieres" y en una institución "en proceso de cambios".

"Como no me gusta hacer las cosas a medias, prefiero hacer una bien", ha apostillado.

Con la mitad de los bailarines procedentes de Uruguay y la otra de diferentes países, desde Argentina o Chile, a España e Italia, Bocca quiere que el estilo de la compañía tenga concomitancias con el de las grandes norteamericanas, donde destaca la rapidez y "se trabaja la danza hacia afuera".

La intención del coreógrafo es unificar el cuerpo de baile "y cuando todo está parejo, lo lindo es ver la personalidad de cada uno de los componentes".

Con proyectos que incluyen desde la apertura del Festival de Danza de Cannes el próximo año a una nueva producción de "La Bella Durmiente" en 2018, la compañía seguirá apostando por los grandes coreógrafos, para que los conozcan los más jóvenes. "Seré antiguo -ha indicado Bocca-, pero me gusta lo clásico".

Sobre los rumores de que pudiera dirigir la American Ballet Theatre, donde fue bailarín principal y estuvo veinte años, Julio Bocca ha aseverado que "quizá en el futuro", aunque no sabe si ahora le gustaría vivir en una gran ciudad.

A la vez, ha desvelado que el próximo año, con motivo de su 50 aniversario, recibirá un homenaje en Nueva York, por su carrera, que terminó como bailarín el 22 de diciembre de 2007 en Buenos Aires, donde bailó en la avenida 9 de julio ante más de 300.000 personas.

Por tanto, la etapa como bailarín "está cerrada". "Hay que dejar lugar a la gente joven", ha concluido.

Por otra parte, la directora artística del Liceu, Christina Scheppelmann, ha avanzado que en la próxima temporada el teatro barcelonés programará obras de tres compañías de ballet.