Una música "amable" es el resultado del experimento sonoro-visual "Artefactos resonantes" en el que se han embarcado el músico y compositor francés Pierre Bastien, el músico canario David Paredes y el artista visual Román Torre en la residencia artística que desarrollan en el Espacio Cultural El Tanque de la capital tinerfeña, dentro del Festival Keroxen.

El espectáculo, que tendrá una duración de cerca de una hora, se estrenará mañana, sábado, a partir de las 21:00 horas, con entrada gratuita, en el mismo escenario en el que se ha gestado, aunque hoy, viernes, a las 20:00 horas, habrá una jornada de puertas abiertas para ver a los artistas trabajando en directo y una charla del astrofísico implicado en el proyecto, Frédérick Poidevin, del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), quien explicará el origen de esta singular experiencia que gira en torno al concepto de resonancia del espacio extra-galáctico y el remanente del Universo Primigenio, detectado en los años 90, "una de las evidencias observacionales más importantes de la teoría del Big Band", según Poidevin.

"Artefactos resonantes", parte de cuya escenografía son varias antenas antiguas que se utilizaron en el experimento del IAC, es el producto de combinar los sonidos e imágenes captados en Izaña, la música generada por la trompeta y las máquinas diseñadas por Bastien y por la guitarra y las sonoridades propuestas por Paredes. Este material estará combinado con las imágenes generadas por Román Torre, que se proyectarán al ritmo marcado en una pantalla gigante.

"Aunque parezca raro el sonido va a ser bastante amable en general porque, realmente, yo soy muy experimental en lo sonoro, pero Bestien es muy poético en lo que hace, porque trabaja más con miniaturas. Va a ser bastante amable el sonido, aunque quizás alguna escena sea más experimental", explicó David Paredes.

La improvisación juega un papel fundamental en este experimento sonoro y visual que todavía se encuentra en proceso de gestación hasta su estreno mañana. El Tanque, con su peculiar reverberación, dieciséis segundos nada menos, también contribuirá como un instrumento más al producto final de esta propuesta que invita al público a disfrutar de una mecánica sonora en un viaje humano por el espacio y casi en la oscuridad.