La inmortalidad solo es cuestión de tiempo. A partir de esa reflexión nace "Proyecto Lázaro", la película del director Mateo Gil que ayer se presentó en la cartelera nacional. El grancanario explicó por la mañana en el TEA Tenerife Espacio de las Artes -el núcleo central de las localizaciones del filme de perfil futurista que protagonizan Tom Hughes, Charlotte Le Bon, Oona Chaplin y Barry Ward- las claves de un rodaje que calificó de "arriesgado". En este sentido, admitió que una empresa de esta dimensión solo se pudo convertir en realidad gracias a la valentía de su productor", exaltó respecto a una historia que el autor de "Blackthorn" -ficción inspirada en la leyenda del pistolero Butch Cassidy que transita por el desierto boliviano oculto bajo la identidad de James Blackthorn- considera que "es más una historia de amor que una película de ciencia ficción", recalcó en el transcurso de una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por José Luis Rivero, director insular de Cultura.

"No ha sido una película fácil", confesó un creador que colaboró con Alejandro Amenábar en la elaboración de los guiones de "Tesis", "Abre los ojos", "Mar adentro" o "Ágora". "Desde el punto de vista de un espectador puede que perciba que hay una vuelta al registro en el que me movía antes de dirigir Blackthorn, pero en realidad esta historia la escribí antes de meterme en ese rodaje. Lo que pasa es que se quedó olvidada en un cajón", reveló sin restar ni un solo gramo a las "dificultades" que le exigían sacar adelante un filme de este calado. "Me encerré para escribir el guion y acabé exhausto porque durante un mes me tuve que meter en la piel de una persona que deseaba morir y vivir ese proceso con intensidad fue agotador".

Una primicia de carácter científico fue la inercia que aprovechó Mateo Gil para rescatar una trama que tenía en mente desde hace años. "Tengo historias que nunca me atrevería a llevar a un guion de cine", revela tras admitir que el hecho de "conocer que un equipo de científicos había conseguido fabricar un corazón de rata con células madres y que este se pusiera a latir de forma espontánea me conmovió". A partir de ese dato dio vida a Marc, un treintañero al que le diagnostican un año de vida por culpa de un cáncer. Su resistencia a desaparecer para siempre hace que se plantee seriamente la posibilidad de ser congelado para que un equipo especializado intente revivirlo. Todas las dudas morales y psicológicas que se derivan de esa decisión son desarrolladas por el realizador canario en cinco capítulos en el que los que hacen visibles localizaciones tan familiares como la Biblioteca Central del Campus de Guajara de la ULL, la playa de Las Teresitas, los alrededores de las calles Viana y Nava y Grimón de Aguere o, por supuesto, el TEA. "Este es un lugar increíble para rodar y, además, conseguimos algo que no es habitual: cerrar su biblioteca durante un día para grabar unas escenas", recuerda un director que únicamente se llevó fuera de la Isla unas panorámicas interiores que se tomaron en tierras barcelonesas.

Mateo Gil, que en otoño de 2016 grabó una comedia en la capital catalana aún en fase de montaje, no oculta que "algunos pueden encontrar algún hilo que una esta historia con la de Frankenstein, pero eso es normal en cuanto hablas de laboratorios, investigadores y un ser al que se pretende resucitar", cuenta sin obviar las particularidades de un personaje principal que destila egoísmo: "La decisión de Marc (Tom Hughes) es vivir sus propias experiencias en lugar de compartirlas con sus amigos", adelanta sobre un posicionamiento que crea una división entre lo ético y lo psicológico. "Me siguen atrayendo los guiones que le pegan una bofetada al espectador y este siente dolor; que algo está sucediendo", incide de manera gráfica un guionista que admite que la película se mueve en unos parámetros que "hacen que el público se cuestione algunas de las cosas que suceden", sostuvo un cineasta que al principio de su intervención hizo una referencia a las "producciones gringas que han desarrollado todo su potencial comercial teniendo en cuenta las múltiples posibilidades que ofrece el Archipiélago. Otros no contamos con ese tremendo respaldo, pero debo de confesar que me he sentido muy cómodo rodando en casa. En cuanto tuvimos conocimiento de las posibilidades que nos ofrecía trabajar en el TEA entendimos que habíamos encontrado el lugar que mejor se adaptaba para dar vida a Proyecto Lázaro", concluyó.

Mateo Gil

Director de la película "Proyecto Lázaro"

Vea aquí el trailer de la película "Proyecto Lázaro", que ayer se proyectó en el TEA de la capital tinerfeña.