El celo con el que protege sus trucos está más que justicado. Sin fotógrafos. Así comienza "La gran ilusión". Los que asistieron ayer a las dos primeras funciones de "El Mago Pop" en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife se marcharon a casa buscando explicaciones para tanta magia. Si quieren, lo rebajan a la categoría de ilusión. Un mensaje televisado de Josep María Pou alerta a los asistentes de las habilidades de Antonio Díaz, pero una cosa es que te lo cuente una leyenda del teatro y otra bien distinta es ver en directo los movimientos de un genio que tiene unas proporciones "messinianas". Si el 10 culé hace lo que le da la gana sobre el césped, "El Mago Pop" domina el escenario con la misma rotundidad. Explicar en qué consiste el espectáculo supondría romper la capacidad de sorpresa de los casi cinco mil espectadores que hoy volverán al Auditorio, un riesgo que no estoy dispuesto a correr. A cambio les propongo un viaje por un universo imposible en el que habitan las cartas, los objetos personales de las personas que quisieron curiosear entre "La gran ilusión" y los típicos artilugios que no deben faltar en el kit de un buen mago.

"El Mago Pop" maneja con solvencia los hilos de una función que tiene una exquisita presentación: las luces y la música parecen "bailar" al ritmo de un talentoso embaucador. Un tipo hablador y divertido que rentabiliza al máximo el "off the record" de sus creaciones. Las mejores ilusiones de Antonio Díaz se suceden a un ritmo vertiginoso mientras los asistentes descomponen sus caras de asombro. Y es que el protagonista de esta crónica no es nada perezoso cuando entra en acción. En poco más de una hora es capaz de convencer al más incrédulo. Vale que algún episodio tiene una solución lógica, pero el global es soberbio. Un torrente de adrenalina que te golpea una y otra vez hasta convencerte de que la buena magia ha vuelto. La sesión es tremendamente televisiva, pero ahí está buena parte del éxito de una propuesta que es capaz de generar en vivo las mismas sensaciones que si estuvieras sentado en el salón de casa.

"El Mago Pop" tardó en caer por primera vez por estas coordenadas, pero promete volver. "Ha sido un placer actuar ante ustedes, ya estoy trabajando en mi próximo espectáculo y no sé cuándo pasará, pero prometo volver", dijo en un final apoteósico que puso en pie a una clientela rendida a un ser capaz de provocar lo imposible sin mostrar las costuras de sus diseños. ¡No sé cómo lo haces!