En una semana ha conquistado un Premio Gaudí y uno de los galardones que anualmente entrega el Círculo de Escritores Cinematográficos de Madrid por la dirección de "Ozzy", una experiencia liderada por el tinerfeño Alberto Rodríguez que esta noche (21:00 horas - TVE 1) tiene opciones de obtener un par de recompensas -mejor película de animación y mejor sonido- en la gala de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. "Estamos enrachados, pero un Goya es un Goya", cuenta un canario que activó hace 14 años una aventura cuyo último capítulo no para de regalarle buenas noticias.

¿Cómo está viviendo las horas previas a la gala?

La verdad es que no he cambiado mi discurso (pausa)... Sigo dando las gracias por haber podido sacar adelante una producción compleja.

Hablando de discursos... ¿Tiene pensado lo que va a decir en el caso de que llegue un Goya?

Si pasa, creo que voy a improvisar (ríe)... Por los comentarios que hemos podido escuchar, la gran duda que mantenemos es con "Psiconautas, los niños olvidados". Es una película con una buena trayectoria en festivales internacionales y muy próxima a los gustos de la Academia. ¡A ver qué pasa! Esta semana ya le ganamos en la votación del Círculo de Escritores Cinematográficos de Madrid, cita en la que ya quedamos por delante de los nominados en el apartado de mejor película de animación ("Psiconautas: los niños olvidados" y "Teresa y Tim"). Estamos enrachados, pero un Goya es un Goya.

¿Ganar supondría cerrar el círculo de "Ozzy"?

Sí, algo parecido. Ya hemos recaudado más de dos millones de euros en taquilla, que es una cifra bastante decente, a pesar de estar lejos de los números en los que se mueven habitualmente las grandes producciones. "Ozzy" lo que sí que ha logrado es ser la película más taquillera de todas las que han rodado las productoras que se unieron para hacer realidad este proyecto. Creo que todos pensamos más o menos igual: que ganamos el Goya, fabuloso, que no, "Ozzy" ha sido una aventura increíble.

¿Está satisfecho del recorrido que está teniendo su primera gran aventura cinematográfica?

Siempre tenemos un margen de mejora. Algo que llama la atención en un punto concreto de la película y que hace que pienses que era posible otra solución, pero en líneas generales se acercó mucho a la idea desarrollada durante más de dos años y medio de trabajo. Se están cerrando un montón de ventas internacionales con buenas cifras y, por lo tanto, estamos contentos sí o sí.

¿Hoy se despertará con la sensación de que "Ozzy", al margen del resultado que se obtenga en las dos nominaciones, cruza por fin la línea de meta?

El objetivo inicial nunca fue llegar a la Gala de entrega de los Goya, pero cuando tienes la posibilidad de ser reconocido por los profesionales que mueven el cine de todo el país la sensación de satisfacción crece. Este ha sido un proyecto tan complejo que necesito cerrarlo para siempre. No lo voy a olvidar, pero sí quiero que se quede como una experiencia que requirió de una labor de equipo extenuante.

¿Pesan más los esfuerzos realizados para llegar hasta aquí, o las recompensas sumadas tras el estreno?

"Ozzy" es un proyecto de sensaciones agridulces. Hemos tenido que luchar tanto para sacar adelante la película que hubo días en los que me olvidé de los motivos que hicieron que me dedicara a esto. Esta película me convirtió en una máquina para solucionar problemas. Cuando empecé en esto yo me divertía mucho, pero reconozco que durante esta producción hubo fases en la que no encontré esa alegría. Eso sí, al final puede más el trabajo acabado y la satisfacción de decir que he sacado adelante una grandísima aventura.

¿Ha valido la pena?

Cuando aparece uno de esos cuellos de botellas que acechan a los creadores y te enfrentas a un problema, que no es tanto narrativo sino técnico, percibes la presión que genera un encargo donde los plazos de entrega son innegociables.

¿Ya está maquinando otro proyecto?

Ando metido en un proyecto personal que tuve que aparcar cuando me metí de lleno en uno tan comercial como es "Ozzy". Cuando tienes todos tus sentidos puestos en una gran producción las complicaciones aumentan y, a veces, las soluciones que debes dar a un problema no son las que elegirías como director sino que son las que exige el guion. Lo nuevo es un trabajo que estoy desarrollando conjuntamente con mi mujer y cuyo programa piloto queremos presentar este verano. No va a tener la misma dimensión de "Ozzy", pero existen algunas posibilidades de moverlo en el mercado.

La gala de esta noche la va a vivir de una forma muy distinta a las sensaciones que ya experimentó como integrante del equipo de "El bosque animado", ¿no?

Son alegrías distintas. Aquella la viví como una pieza más de las 100 o 120 personas que formaban el equipo. Yo era uno más en un estudio al que se encargan cosas que tienes que sacar adelante para que la máquina funcione... La única diferencia que percibo en "Ozzy" es que todo ese equipo está mirando a ver qué es lo que hago para saber por dónde hay que ir, pero la idea de unidad no es muy distinta. Pelear por estos dos Goya justifica la apuesta realizada hace 14 años, pero no me va a cambiar mi forma de ser.