Con un tono grave y un fraseo muy claro, Jerónimo Saavedra Acevedo sentenciaba ayer: "Naturalmente, temo, y mucho, por el futuro del Festival Internacional de Música de Canarias". Y es que "desgraciadamente", continuaba, se han cumplido las oscuras previsiones que sobre el devenir de esta edición ya había manifestado públicamente el pasado mes de julio, desde su condición de miembro de la Comisión Asesora.

El político y reputado melómano, responsable del nacimiento de esta cita, confiesa como si de un solista se tratara que en la reunión a la que fueron convocados en la primera semana de agosto por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ya puso sobre la mesa que "casi no me interesaba el Festival de 2017 y que esperaría a los resultados", pero que ya por entonces "me preocupaba mucho más la planificación de futuras ediciones, para lo cual resultaba imprescindible y necesario designar cuanto antes la figura de un director" que se encargase de gestionar la programación.

El compromiso asumido entonces por parte de Fernando Clavijo, explica el también Diputado del Común, fue que "en septiembre se nos convocaría para ese objeto, pero hasta hoy ese encuentro no se ha hecho realidad".

Y ahí queda la "partitura", como una obra inacabada. En consecuencia, la preocupación que entona Saavedra "no está tanto en lo que ha pasado, sino en lo que pueda suceder".

En referencia a la 33 edición del FIMC, que se clausuró la noche del pasado sábado con el concierto de la orquesta Mozarteum en el Auditorio Alfredo Kraus, y a manera de rápido balance, "lo único que ha tenido acogida por parte del público fueron los conciertos que había programado la anterior directora del FIMC", Candelaria Rodríguez, "que fue cesada, sin que hasta este momento conozcamos los motivos" que fundamentaron esa decisión.

Y abundando en su argumento, subraya que "todo lo demás que conforma lo que se ha dado en llamar el nuevo modelo del festival ha tenido una respuesta muy negativa por parte del público".

A juicio de Saavedra, "aquí no cabe inventarse nuevos modelos y no es un asunto de más o menos presupuesto, porque esta edición fracasada ha tenido que cubrir un déficit que no estaba previsto". Y metido en cosa de números explica que "la partida presupuestaria para el próximo año es la misma. Si con esas cantidades, en 2016 se logró una acogida y respuesta muy favorables por parte del público, mientras en la edición recién finalizada no ha sido así, la cosa está clara".

Además, considera que existe una confusión sobre lo de llevar el FIMC a los diferentes pueblos de las Islas", un rol que entiende "es deber de las políticas culturales de cada cabildo, pero no el papel que debe asumir el FIMC, que representa una marca de Gobierno, un sello de Canarias que nos ha dado prestigio, que ha atraído turismo y que hemos puesto en grave riego de desaparición".

Una vez se decretó el cese de los integrantes de la Comisión Asesora del Festival, como únicos supervivientes de aquella "purga" quedaron Rosario Álvarez, presidenta de la Real Academia de Bellas Artes de San Miguel, y el propio Jerónimo Saavedra, quien espera que "se designe cuanto antes la nueva Comisión asesora".

Mariate Lorenzo: "Ha asistido más público"

La consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo, manifestaba ayer a preguntas de los periodistas que, a falta de conocerse los datos definitivos sobre el balance del Festival de Música de Canarias, esta 33ª edición, que se clausuraba la noche del pasado sábado en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas, "ha asistido más público".

Lorenzo no se aventuró a ofrecer más detalles concluyentes, entre otras razones porque aún no se dispone de los datos económicos definitivos, pero no obstante aseguró que, en líneas generales, el balance "se puede considerar positivo".

A propósito, la consejera señaló que a la hora de evaluar un proyecto público "hay que tener en cuenta todos los aspectos" que concurren, tanto los referidos al plano económico como aquellos que están relacionados con la rentabilidad social y, en este sentido, precisó que el objetivo que se ha buscado en esta edición, con la aplicación de un cambio de modelo, ha sido innovar para lograr atraer más tipos de público.

"Todos los cambios introducidos se han articulado con el propósito de intentar mejorar el Festival", aunque reconocía sobre algunas de las novedades "que habrá que tomar otro rumbo".

Pero el principal objetivo que se perseguía era el de incrementar la asistencia a la oferta cultural que se pone a disposición de los ciudadanos "y hemos registrado mayor asistencia de público en esta edición", agregó.