Una cuidada selección de artículos sobre diversos temas relacionados con Canarias escritos durante los últimos treinta años por el geólogo y paleontólogo tinerfeño Francisco García-Talavera (Santa Cruz de Tenerife, 1945) conforman el libro "Guanches ayer, hoy canarios. Apuntes de la historia e identidad de un pueblo macaronésico", publicado por Ediciones Idea.

Esta obra, de la que ya se ha realizado la tercera edición, acoge en sus páginas cerca de medio centenar de trabajos científicos y de opinión, muchos de los cuales fueron publicados en EL DÍA, entre otros medios de comunicación isleños y revistas especializadas.

El autor justifica el título del libro porque quería llamar la atención del lector. "Guanches ayer trata de significar el pasado referido a los guanches como los primeros pobladores de todo el archipiélago, como así se les conocía hasta mediados del siglo pasado. Hoy canarios es refiriéndome al presente, a los canarios actuales, pensando que en realidad se trata, desde el punto de vista bioantropológico, que en la población canaria después de la conquista no hubo una ruptura sino una transición".

Desde su óptica, "no cabe duda que el pueblo canario es un pueblo mestizo. Esto es una cosa que, por los estudios de genética molecular, de ADN mitocondrial, se está demostrando que quedaron en bastante mayoría. En la actualidad, casi seis siglos después de la conquista, se ha demostrado que entre el 40 y el 60 por ciento de los canarios, es decir, de la población canaria autóctona, de padres y abuelos canarios, tiene genes norteafricanos y, por lo tanto, guanches".

Este geólogo y paleontólogo por la Complutense de Madrid y doctor en Zoogeografía por la Universidad de La Laguna analiza en su trabajo cómo era Canarias en la Antigüedad o las relaciones genéticas entre las poblaciones canaria y norteafricana, y sobre los guanches, su origen y su entronque con los antiguos libios y el mundo bereber (amazigh), su lengua, su genética, sus costumbres y su legado toponímico.

Otro de los asuntos tratados se centra en la biogeografía de la Macaronesia, formada por las Azores, Madeira, Las Salvajes, Canarias y Cabo Verde. "Todas tienen en común que son archipiélagos volcánicos, no son desgajados del continente, sino surgidos por diferentes emisiones submarinas hasta aflorar las islas".

Las pesquerías canarias en el Sahara y en Mauritania, en donde la presencia isleña comenzó en el siglo XVI y duró hasta la actualidad, el trasiego comercial en Santa Cruz de la Mar Pequeña, la influencia portuguesa en la lingüística, la toponimia, la onomástica o los apellidos son analizados en esta obra que está estructurada en ocho grandes capítulos.

La presencia canaria en América también protagoniza varios artículos como los titulados "El río guanche en Panamá" y "Uruguay: otro país canario", además de otros temas de carácter histórico que atraen su interés.

Este estudioso y amante de la historia y la arqueología no se atreve a opinar sobre diversos asuntos que no pertenecen a sus especialidades, pero sus investigaciones le han cruzado en alguna ocasión con algunos descubrimientos, como uno relacionado con la presencia romana, o incluso púnica, en la isla de La Graciosa.

"En 2002 descubrí un yacimiento similar al de la Isla de Lobos en La Graciosa. Doy datos de ese descubrimiento en uno de los artículos. Estaba investigando en unas playas levantadas, o playas fósiles, sobre todo la fauna que tiene más de cien mil años, y en un nivel superior a una de ellas aparecieron fragmentos de ánforas y restos de actividad humana como huesos de cabra".

También se percató de la presencia de muchísimos fragmentos del molusco que utilizaban los romanos y los fenicios para extraer el colorante de la púrpura. "Como experto en malacología me di cuenta de que la abundancia era enorme. Había montañas de fragmentos de esta concha y estaban fragmentadas a propósito, no era el desgaste del mar. Estaba investigando un tema malacológico y apareció esto. Lo publiqué para que quedara constancia del descubrimiento", matizó, aunque el resto de las investigaciones quedaron en manos de los arqueólogos.

García-Talavera, que fue director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, hoy en el Museo de la Naturaleza y el Hombre y después consejero de Museos, está centrado ahora en otro libro que espera publicar próximamente sobre meteoritos del Sahara y cráteres e impactos en Mauritania, tema sobre el que versa a modo de introducción otro de los artículos de "Guanches ayer, hoy canarios".

Desde los años 90 del siglo pasado, este estudioso ha realizado muchas expediciones por el Sahara y Mauritania para estudiar estos fenómenos que se empezaron a investigar a finales de los 80.

"Cayeron en Mauritania. Hay reconocidos como cráteres de impacto tres. El mayor de todos, conocido como El ojo del Sahara, tiene casi cincuenta kilómetros de diámetro con varios círculos concéntricos muy vistosos. Es reconocido por los propios astronautas desde los años 60, cuando pasaban por el desierto del Sahara".

Fue el naturalista francés T. Monod quien descubrió en los años 30 "El ojo del Sahara" e indicó su origen meteórico, aunque existe mucha controversia sobre este asunto. También se localizaron otros dos cráteres, situados a una distancia de unos doscientos kilómetros uno del otro, con unos diámetros de setecientos metros y dos kilómetros, respectivamente.

El resultado de aquellas investigaciones, que se explicarán con detalle en su próximo libro, se tradujeron en la recogida de más de 200 kilos de material de impacto que están depositados en el Museo de la Naturaleza y el Hombre. "Tenemos un siderito, un meteorito metálico, de 232 kilos".

Los textos que ha escrito García-Talavera son didácticos y de fácil lectura, elaborados de forma resumida y sintetizada con la intención de que sean comprendidos con facilidad por la mayoría de los lectores, a los que introduce en los temas tratados como si fuera un libro de consulta.

Francisco García-Talavera

geólogo y

paleontólogo