No es historiador ni tampoco se considera un experto en genealogía. Elías Torres Mesa (Santa Cruz de Tenerife, 1971), avecindado en Candelaria y que oficia como técnico forestal, responde al perfil de una persona curiosa, "desinquieta" y de natural entregado.

Su trabajo "Guía Genealógica. Araya, Las Cuevecitas y Malpaís" (que se puede descargar gratuitamente) contiene, de manera ordenada, información genealógica de hasta veinte familias que actualmente habitan en las medianías de Candelaria, con apellidos tales como Alonso, Baute, Bello, Casanova, Castro, Chico, Díaz, Fariña, Gil, Guanche, Higuera- López, Lugo, Mallorquín, Marrero, Mesa, Otazo, Pérez, Ramos, Rodríguez y Torres.

Acaso, uno de los rasgos más relevantes de esta obra descansa en el hecho de vincular la ascendencia guanche de la mayoría de las familias que se analizan y establecer su relación directa con la ceremonia del hallazgo de la Virgen de Candelaria y la procesión, un privilegio legitimado desde finales del XVII, que no se ha heredado por vía familiar, sino por origen, en virtud del denominado "Pleito de los naturales",

Y describe Elías Torres que ya en 1587, los regidores Cristóbal Trujillo de la Coba y Gaspar Yanes Delgado, que en calidad de diputados de fiestas se personaron en Candelaria a la Purificación de la Virgen, el 2 de febrero, descubrieron que los "naturales" cargaban la imagen en procesión. "A ellos pertenecía ese privilegio, ganado tras la conquista de la Isla por concesión del Adelantado", explica el autor apoyándose en el relato de Fray Alonso de Espinosa.

Con todo, las autoridades no veían con agrado que los "guanches de baja suerte", también "bellacos e majaderos e pícaros" fueran protagonistas activos del acto, lo que desembocó en amotinamiento y la suspensión de la procesión.

A este acontecimiento se sucedieron otros, todo un largo proceso de disputa entre los guanches y las autoridades civiles y religiosas, en este caso representadas por las orden de los Dominicos

Finalmente se resolvió a favor de los naturales y, hasta hoy, esos "bellacos e majaderos e pícaros no han dejado de cumplir con la tradición de cargar y acompañar a la Virgen en procesión", dice Torres.

En su día, este privilegio era extensivo a los guanches de toda la Isla, pero terminó recayendo, fundamentalmente, en los habitantes de las medianías de Candelaria. El hecho es que a familias con claro ascendente aborigen (Baute o Guanche), se sumaron otras que mantenían oculto su origen en apellidos castellanos o portugueses: Castro, Díaz, Fariña, Marrero, Pérez, Rodríguez o Torres, al igual que los Alonso, Bello, Casanova, Chico, Gil, Higuera, Lugo, Mallorquín, Otazo, Mesa o Ramos, por estar emparentados o por consanguinidad con las anteriores.

Elías Torres Mesa

autor de la guía genealógica

Oralidad y documentos

Lo que comenzó siendo un trabajo escolar, que quedó dormido, pero latente, se convirtió con el paso del tiempo en una maravillosa aventura que ha ocupado a Elías Torres durante casi una década. El autor de esta Guía genealógica se ha sumergido en la indagación y la consulta concienzuda de fondos como el Archivo Histórico Diocesano de La Laguna, Archivos Parroquiales de Candelaria y Güímar, Registros Civiles y Juzgados de Paz de Tenerife y otras islas, precisa, además de en fuentes nacionales e internacionales. Pero, sobre todo, ha bebido de la transmisión oral, haciendo acopio de infinidad de entrevistas personales y testimonios directos de familiares, información que cruza con los documentos oficiales.

La obra de Tomás Cruz

El autor sitúa el "filtro" de su trabajo en los apellidos anteriores a 1916, los más consolidados, hasta nuestros días, y señala que se fundamenta en la obra de Tomás Cruz García: "Apuntes Genealógicos del Valle de Güímar", editado por el Instituto de Estudios Canarios en 2008, que abarca desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XIX.

El libro de la gente

Si bien se trata de un libro de consulta, de una guía para que cada cual pueda tirar del "hilo familiar", esta obra ya se ha convertido en el "libro de la gente", señala Torres, porque asegura que lo leen como si fuera una novela. El hecho es que para cada uno de los apellidos el autor ofrece, además, información y datos que ayudan a conocer su pasado, acontecimientos tales como asesinatos, venta de terrenos, la declaración de prófugo de un varón...