Un mundo dormido es el paisaje del nuevo trabajo de la francesa Rébecca Dautremer, considerada una de las mejores ilustradoras del mundo, que con "El pueblo durmiente" ha hecho su libro más personal ya que, además de sus preciosistas imágenes, es autora de los textos.

Editado por Edelvives, este álbum de gran formato es una adaptación libre del cuento tradicional "La bella durmiente", a pesar de que esta historia no estaba presente en la autora, que ha realizado otros dos trabajos sobre "Pulgarcito" y "La bella durmiente", cuando comenzó su diseño.

"Mi primera idea no era trabajar con el cuento de ''La bella durmiente'' sino sobre un lugar donde todo el mundo se hubiera quedado dormido y esperara a ser despertado", explica la artista a Efe.

Las escenas que aparecen en las ilustraciones a toda página del libro son contempladas por un joven príncipe y su sirviente, dos pequeñas figuras en blanco y negro que charlan durante un paseo por el pueblo en contraste con los colores cálidos del mundo de los dormidos.

Una mariposa a doble página dormida sobre una rama; un noble a lomos de un caballo, ambos sin sentido; dos niños en columpios entregados al sueño, o la orquesta de mujeres "Las 7 hadas", ataviadas con ropa de los años 20 y desvanecidas sobre sus instrumentos, son algunas de las escenas de este pueblo.

También puede verse a dos corpulentos boxeadores abrazados después de que el sueño les haya sorprendido en medio de un combate, una estación de tren llena de pasajeros, una mujer que iba en bicicleta u otra comiendo en la terraza de un restaurante.

Todos ellos congelados en el tiempo en situaciones con las que la autora quería reproducir "la imagen de nuestro mundo", unas imágenes que, suponen para los dos espectadores un "espectáculo magnífico".

La autora quería que todos ellos estuvieran en la "mejor situación" para dormirse pero que les ocurriera en cualquier lugar del pueblo: "parar el mundo que conocemos".

Por eso, aunque pensó en realizar todas las ilustraciones a color, cuando escribió el texto se dio cuenta de que necesitaba mostrar la diferencia entre los dos mundos, los protagonistas como espectadores en blanco y negro, de pequeño tamaño, y el resto dormido, a todo color y a toda página.

"Quería mostrar que tenemos que formar parte del mundo, que no nos podemos apartar y ser solo espectadores de lo que ocurre. Hay que participar", insiste Dautremer, que señala cómo los dos espectadores tienen que introducirse en la historia.

Así, el desinterés del príncipe por lo que su sirviente le va mostrando del pueblo va desapareciendo paulatinamente a lo largo del paseo.

¿Y cómo deshacer el hechizo del pueblo dormido?: ¿un beso? se pregunta el príncipe al encontrar a una joven florista desvanecida en su tienda. Es en ese momento cuando su figura se va agrandando y aparece en el mundo colorido del pueblo, que despierta.

Aunque había escrito texto en otras dos ocasiones, en "Enamorados" y "La tortuga gigante", la ilustradora explica que esta ocasión ha sido la primera en la que ha reflejado un argumento suyo, "muy personal".

Nacida en Galp en los años 70, Rébecca Dautremer estudió grafismo en la Escuela Superior de Artes Decorativas de París y desde entonces ha desarrollado una trayectoria ascendente en el mundo de la ilustración.

Ahora, asegura, quiere explorar un camino nuevo que ha iniciado con "El pueblo durmiente" y que ha continuado con el trabajo que ahora tiene entre manos, en el que aborda la vida de un personaje desde su nacimiento hasta su muerte y en el que también ha escrito el texto.

Dautremer confía en que este libro sea leído tanto por niños como adultos y considera que pueden hacerlo juntos pues plantea un "juego" para recordar el cuento de "La Bella Durmiente" pero con nuevas preguntas: "además de contar una historia quiero que los lectores piensen", sostiene.