El guitarrista Josemi Carmona, exmiembro de Ketama, cree que la "música rompe los muros" y ayuda a unir sociedades tan divididas como la estadounidense, donde la raíz de la discriminación es el dinero y no tanto el color de piel, dice en una entrevista con Efe.

En Washington, donde Carmona y el contrabajista Javier Colina se unieron anoche para fusionar el flamenco del primero y el jazz del segundo, el guitarrista asegura que los muros de la música son pocos, "afortunadamente", y que el arte "rompe" esas fronteras.

Por ello, apuesta por seguir fusionando y uniendo a través de la música para acabar con la discriminación que atribuye al clasismo, y no al racismo directamente, en Estados Unidos.

"Creo que la discriminación y el racismo que hay es el dinero. Si eres negro, africano o gitano y apareces en un sitio con un coche de gama alta y con la billetera llena te van a abrir las puertas. Pero si no, te las van a cerrar", añade el artista flamenco.

Carmona (Madrid, 1971) es una de las figuras fundamentales de la historia reciente de la música española, el flamenco y la guitarra, y empezó cuando aún era un adolescente en Ketama, grupo con el que durante veinte años dio conciertos por todo el mundo, produciendo discos de los que se han vendido más de un millón de copias.

Tras la disolución del grupo en 2006, el guitarrista continuó su trayectoria en solitario, y siete años después fue nominado para Los Grammys Latinos como Mejor Álbum de Flamenco por su disco "Las Pequeñas Cosas".

"Soy optimista y quiero serlo. El arte es una cosa que no tiene fronteras. Yo sé que ahora aquí es un momento muy difícil aunque espero que (el presidente de Estados Unidos, Donald) Trump también se calme, porque el poder hay que saber gestionarlo. No sé si él está preparado o no, y hay algunas cosas que ha hecho que me han asustado, pero le han votado. Qué le vamos a hacer", afirma Carmona.

Su compañero de gira en Estados Unidos, Colina, también cree que el dinero es el causante de las duras políticas migratorias, la construcción del muro con México o la prohibición de entrada a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana que defiende Trump.

"El problema no es que una persona sea siria, negra o gitana, sino que sea pobre. Aquí no es que no les quieran dejar entrar por mexicanos, sino por pobres. No quieran que vengan los pobres, da igual el color. Luego eso se estigmatiza y la gente piensa que es un asunto racial y de los pueblos, pero en realidad no es así", explica el jazzista.

Carmona opina que la poca estima de los políticos a lo que hacen y su poca capacidad para escuchar a la gente son los responsables del "hartazgo" generalizado de los ciudadanos tanto en Estados Unidos, como en el resto del mundo.

"A algunos políticos les debería de gustar más lo que hacen, y si fuera así se involucrarían y aprenderían más. Si te gusta lo que haces, aprendes de los errores y ya dejas de cometerlos, y además escuchas a la gente (...). En política deberían escuchar al pueblo, a las necesidades y a las fatigas que pasan, y a lo que hace falta en este momento", señala el guitarrista.

Pero donde más coinciden los artistas es en los escenarios, donde triunfa el sonido de su último disco, "De cerca".

En ese álbum encaja a la perfección la guitarra de Carmona, hijo de Pepe Habichuela y de la bailora Amparo Bengala y cuarta generación de artistas flamencos, con el contrabajo de Colina (Pamplona, 1960) y la percusión de José Manuel Ruiz Motos "El Bandolero".

Carmona defiende que sus estilos son la música de unos pueblos que cantan sus alegrías y sus penas, además de "mucho nivel de instrumentistas y de sabiduría musical", lo que provoca que el flamenco y el jazz "se atraigan mutuamente".

Tras su concierto en Washington, organizado por el programa cultural de la Embajada de España en EEUU, donde Carmona asegura que existe un respeto "increíble" por el flamenco, los tres artistas seguirán su gira con actuaciones en Nueva York, Miami, Chicago y Boston.