La actriz Ángela Molina ha destacado hoy el "brutal momento" por el que pasa el cine español, de "insuperable potencia emocional" y de un "colorido espectacular" que hace que sea apreciado "en todo el mundo".

Momentos antes de recibir el Roel de Honor de la 30 Semana de Cine de Medina del Campo (Valladolid), la actriz ha compartido unos momentos con los medios de información, ante quienes ha manifestado sentirse muy "feliz y agradecida" por el galardón.

Un reconocimiento a una vida entregada al cine, con tantos trabajos que ya no recuerda "muchos de sus nombres", ha lamentado Molina, para quien cada papel ha sido como un "hijo" que ha "corrido por sus venas" y ha "colmado sus pensamientos".

Tantos años dedicados a la pantalla que, sin embargo, no han minado su ilusión por el cine y el teatro, a pesar de que a cierta edad las actrices suelen encontrarse, "de repente", "aisladas en un oasis pendientes de una llamada", ha lamentado.

Aunque de este oasis, la hija del mítico cantante y actor Antonio Molina reconoce haberse "librado", ya que ha tenido la "inmensa suerte" de tener a su lado a "grandes personas y artistas", junto con las que ha ido desarrollando su carrera profesional.

Galardonada el pasado julio con el Premio Nacional de Cinematografía, Molina ha reconocido haberse sentido siempre muy "querida y mimada".

"Blancanieves", "La mitad del cielo", "Carne trémula" o "Las cosas del querer" son solo algunos de los títulos que han llevado a Ángela Molina a granjearse con el reconocimiento de la crítica y a recibir premios por doquier.

Numerosos premios entre los que no se encuentra el "cabezón" de Goya, un reconocimiento que la actriz ha manifestado que le haría "mucha ilusión", aunque no es algo que le quite el sueño.

Entre sus proyectos, Molina ha explicado el "ilusionante" proyecto que pronto verá la luz en el Teatro de Córdoba y que lleva por nombre "Concierto para un olmo", obra donde la actriz se transformará en árbol para "echar raíces" en la tierra y desde ahí contemplar "el mundo que le rodea".

Un "reto poético" que no es el único que persigue, pues lejana ya es su intención de lanzarse al mundo de la dirección, aunque ahora se siente esclava de los procesos de producción, tan "costosos y arduos" que suelen echar atrás muchas de sus ideas.

Son muchas las vidas que ha vivido esta madrileña y muchos los directores con los que ha trabajado, y de todos ellos guarda recuerdos, pero el más profundo y sincero el de Luis Buñuel, un creador "valiente, excitante y querible hasta no olvidarme jamás".

Sobre posibles trabajos en la pequeña pantalla, Molina no ha querido desvelar nada, aunque ha confirmado que "hay algo", al igual que ha expresado su deseo de trabajar con "jóvenes directores", como Miguel del Arco, al que está "desando conocer".