Es nieto de periodista, hijo de un locutor de radio y sobrino de un profesional de la televisión. Con esos antecedentes era difícil que Sergio Vila-Sanjuán no estuviera condicionado por un oficio al que llegó con veinte años. "Escribir novelas vino mucho después", asegura el autor que ganó el Premio Nadal 2013 con "Estaba en el aire".

"El periodismo es una constante en mis tres libros", alerta un barcelonés que ha sido testigo directo del ascenso del periodismo cultural en este país. "Muchos asocian la crisis de los medios con el retroceso cultural que se dio en los últimos años, pero eso no funciona así... Hay que analizar la curvatura natural de la información cultural de cuatro décadas, es decir, remontarnos a 1975 para intentar averiguar qué es lo que existía entonces", matizando que "si solo nos quedamos con lo ocurrido en diez años no hay duda de que estamos en una situación de retroceso, aunque esa caída nos posiciona aún en una zona bastante más ventajosa de la que disfrutábamos a mitad de los años 70", aclara Vila-Sanjuán.

La Barcelona de los años 20 se convirtió en la primera "instantánea narrativa" del coordinador del suplemento Cultura/s de La Vanguardia. "Mi abuelo se convirtió en la inspiración de una trama en la que describí una sociedad convulsa y teatralizada", precisa respecto al argumento de "Una heredera de Barcelona" (2010).

El autor de la primera monografía de Miquel Barceló reflejó en "Estaba en el aire" los olvidos y los silencios de la memoria histórica. "Es un tema que aún no hemos superado y en este caso lo centré en un espacio radiofónico de los años 60 en el que se seguía la pista de personas desaparecidas", resume un narrador que en su última novela da forma a la vida de un poderoso al que somete a la curiosidad de un periodista que indaga las luces y sombras sobre las que apuntala su éxito profesional. "La mirada de un periodista tiene la capacidad de enlazar ambientes muy distintos... Algo parecido pueden hacer los abogados y médicos", admite, sin perder de vista que "los tres están capacitados para atravesar todas las capas de una sociedad".

Para Vila-Sanjuán lo que otorga una identidad propia a un libro es la "capacidad de un escritor para contar a los lectores algo que solo conoce él... Cuando eso se consigue la novela es solo suya. El único peligro, entonces, es que las personas que se interesan en ella acaben sintiendo que también es de ellos, aunque esa es la mejor experiencia a la que se puede enfrentar un autor", desvela el invitado de TFN 2017.

Para uno de los artífices de la BCNegra los principales avales del género literario de texturas oscuras es que su perfil ameno y dinamizador. "No es necesario ser una eminencia para disfrutar de una creación cuya fórmula que aplican otros escritores que no tienen nada que ver con la estructura policiaca. Hay casos como el de Ricardo Piglia, considerados por una mayoría como un gran literato, también suele recurrir al enigma para llevar a sus lectores hasta el final que él desea", compara.