El jueves se fue "Despacito". Al ritmo que Luis Fonsi dio a su última conquista y con una lluvia de estrellas musicales sobre la alfombra verde. Autógrafos, colas interminables, gritos, "selfies"... Ese fue el protocolo que envolvió a los invitados a la fiesta más importante de la música española que se celebra en territorio nacional. Los políticos también sincronizaron sus llegadas al Recinto Ferial capitalino. José Manuel Bermúdez y Carlos Alonso protagonizaron un empate técnico, pero el presidente de la institución que apoya este evento arriesgó más con un "look" acorde a un espectáculo que volvió a presentar Jaime Cantizano. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, se dejó ver casi sobre la campana, unos metros por delante de Alejandro Sanz. "¿Quién es ese?", preguntó una periodista que no reconoció al exalcalde de La Laguna.

Un cielo gris amenazador cubrió la pasarela, pero solo cayeron unas gotas microscópicas que el viento arrancó de otras coordenadas de la Isla, posiblemente desde Aguere. Falsa alarma. El chubasco que en torno a las cinco de la tarde enfrió la ciudad no estropeó el paseo. Elegantes vestidos, diseños atrevidos, opciones clásicas... Esas fueron las tres alternativas que eligieron ellas antes de subirse a sus tacones. También hubo alguna influencia playera que rozó el ridículo. Ellos, en cambio, arriesgaron mucho menos. Salvo alguna que otra excepción, que se materializó cuando la alargada figura de Mario Vaquerizo se coló en el "set" de prensa. La pareja sentimental de Alaska se sintió "acosado" por las cámaras y micrófonos que aguardaban su paso. "¡Qué vergüenza!", insinuó a media voz cuando ya había huido de la sala.

A las 08:34 se desencadenó la música. Ahí murió una puesta en escena circense y colorida. A traición apareció el colombiano Sebastián Yatra ("Traicionera") para abrir un fuego cruzado cuyas primeras balas llevaban la firma de Alejandro Sanz ("Corazón partío"), India Martínez ("Gris") y Fangoria ("Espectacular"). Unos subieron a recoger su premio, otros a promocionar un presente en plena efervescencia como el de Antonio José -anoche recibió en Tenerife su segundo Dial- o prometedor como el de Reik, quienes no son nuevos en esto, pero que se estrenaban en las Islas a la espera de confirmar alguna fecha para regresar en formato de concierto. Algo que también dejaron caer Amaral, Melendi y David Bisbal.

Morat recuperó los ritmos colombianos de una velada que se balanceó durante unos minutos por las propuestas que mostraron Freddi Leis, Vanesa Martín y Manuel Medrano y las chicas de Sweet California. El sello de La Oreja de Van Gogh se coló por delante del italiano Marco Mengoni en un "sprint" que generó tres postales distintas. La historia de "Raphael", la proximidad geográfica de Rosana, que volvió a apostar por su horita de felicidad, y el artista del momento. El delirio estaba servido. Luis Fonsi puso broche final a un evento que hizo vibrar al público que llenó un espacio que vivió "Despacito" una noche cien por cien española.