Dulce Xerach (Doctora en Arquitectura. Profesora de Gestión de Destinos de Turismo Cultural. Universidad Europea de Canarias)

¿Por qué en esta isla, fundamentalmente en la política, todo tiene que ser interpretado en clave de esta frase: "O estás conmigo o estás contra mí"?

Este artículo es en defensa de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico de Tenerife, pues su labor, a lo largo de los últimos veintidós años, desde 1994, ha sido de una importancia fundamental, indispensable y esencial. El debate sobre cómo se debe intervenir en los cascos antiguos o en los centros históricos no es nuevo. El pensamiento de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, que busca el equilibrio y la compatibilidad entre la ciudad que progreso y la ciudad que respeta y da valor a la historia y a la cultura, sintetiza la trayectoria del urbanismo y la arquitectura en los conjuntos históricos en Tenerife durante el último cuarto de siglo.

La declaración de conjuntos histórico-artísticos ha resguardado algunos conjuntos urbanos de drásticas operaciones de renovación, por ejemplo, si en los primeros años de la democracia el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife no hubiera protegido la zona, cambiando planes de obras existentes y casi con las grúas en marcha, hoy no quedaría ninguna casa histórica en el barrio de La Noria, el barrio en sí mismo no existiría. En lo referente a este barrio antiguo de Santa Cruz no solo se conservó, sino que se asumió por toda la Comisión la propuesta política de necesidad de intervenciones físicas decididas como la que supuso el TEA, en el otro borde del barranco. Las decisiones fueron, evidentemente, políticas, pero los políticos de entonces no hubiéramos podido plasmar lo mejor de las intenciones y de la imaginación de la sociedad, sin los consejos de la Comisión Insular de Patrimonio.

De esa comisión a veces tan vilipendiada, han formado parte personas excelentes, extraordinarios profesionales, no recuerdo ahora los nombres de todos, pero sirva de muestra mi recuerdo de Mari Nieves Febles, Alberto Darias, Tina Calero, Virgilio Gutiérrez, Eliseo Izquierdo, Rafael Escobedo, María Dolores Camalich, Ana Quesada, Carlos Millán, etc. Historiadores, arqueólogos, arquitectos que se han batido el cobre por salvar la historia de la isla.

El problema de las ciudades históricas canarias no es otro que el de la necesidad de mejora de la calidad. Tenemos que rehabilitarlas, reconstruyendo y reutilizando el patrimonio existente de manera sensible e incorporando la arquitectura contemporánea de calidad de manera inteligente. Como se ha admitido y aprobado siempre por la Comisión Insular de Patrimonio. Podría hablar de muchos otros pero permítanme citar tres casos concretos en los que ha sido perfectamente compatible con la historia la incorporación de nuevos diseños: la Casa de la Juventud, diseñada por Federico García Barba en el corazón del Conjunto Histórico de La Orotava, el Museo de Historia de Tenerife, diseñado por Luis Abreu y Fernando Saavedra en la médula espinal del Conjunto Histórico de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad, y la pequeña casa de la cultura (inconclusa) del barrio de la Noria, diseñada por Rafael Escobedo. Los tres casos fueron aprobados por la Comisión Insular de Patrimonio sin mayor problema porque los miembros de la misma entienden que se puede abordar el problema de los conjuntos históricos de forma global y abierta, no entendiendo la ciudad histórica como una serie de problemas autónomos sino como un organismo donde cada elemento construye el todo, y ese todo debe ser construido en armonía con la actualidad. Estos tres excelentes proyectos muestran que la Comisión Insular de Patrimonio no se opone al progreso, sino al mal progreso, a la mala arquitectura y al mal urbanismo.

Todos los valores culturales de la isla, la creación artística, literaria, audiovisual y arquitectónica; el trabajo creativo; la cultura contemporánea; el artesanado; el folclore; el patrimonio arqueológico, etnográfico, arquitectónico; la música; la gastronomía; las particularidades paisajísticas y naturales; la experiencia y los saberes tradicionales; el saber hacer; las tradiciones vivas; etc., están estrechamente ligados a la identidad, y esta está arraigada en el patrimonio material, inmaterial y natural de las comunidades.

Además, el patrimonio cultural desempeña un importante papel económico. Más de 300.000 personas están empleadas directamente en el sector del patrimonio cultural europeo y 7,8 millones de puestos de trabajo europeos están indirectamente vinculados al patrimonio cultural, por ejemplo, en el turismo y la construcción, además de los servicios auxiliares, como el transporte, los servicios de interpretación, el mantenimiento y la seguridad.

Gracias a todos los miembros de la citada Comisión, por no bajar la guardia.