Es el escritor del año en España, el narrador que posibilitó que "Patria" (Tusquets) se convirtiera en un libro de cabecera para muchos lectores. La mayoría habla bien de un trabajo que antes de conquistar la curiosidad de esos aliados ganó el Premio Francisco Umbral 2017. Hace unos días visitó Canarias y, a falta de quedar certificado en el programa oficial, Fernando Aramburu (1959) será uno de los reclamos de la próxima Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife, del 23 al 30 de mayo. Lleva algo más de tres décadas residiendo en Alemania, aunque él no tiene la sensación de vivir en el exilio. "Cada vez que quise, regresé", sostiene el poeta, narrador y ensayista donostiarra. "No comparto la opinión de que en esta historia no hay vencedores ni vencidos", defiende para contradecir a los que creen que su relato está organizado a partir de una posición de neutralidad. Lo que sí tiene claro, pase lo que pase, es que "no habrá una segunda parte de Patria... Su ciclo narrativo ya está cerrado".

Esta no es la primera vez que desciende a una escenografía terrorista, ¿pero qué ha ocurrido ahora para que "Patria" esté en boca de todo el mundo?

Se conoce que Patria ha llenado un hueco cuya existencia yo no había previsto por los días en que escribí el libro. Desde su publicación he presentado la novela en numerosas ocasiones, en distintas ciudades, ante públicos diversos. En todas partes he notado una particular temperatura humana en el aire y he visto caras emocionadas. El libro, en manos de los lectores, ha rebasado sus dimensiones estrictamente literarias. En cuanto llegó a las librerías sentí que ya no era mío, que pertenece a quien se tome la molestia de leerlo... Luego he sabido que muchas personas no lo pueden leer sin sentirse fuertemente afectadas por lo que en él se cuenta, que es en el fondo lo que también me ocurría a mí al escribirlo.

¿Teniendo en cuenta que son historias diferentes, por qué no se dio un fenómeno igual con "Los peces de la amargura" o "Años lentos"?

Seguramente no soy el destinatario idóneo para responder esa pregunta. Quiero decir que me obliga a ponerme en un lugar que es más de los lectores que del autor... Yo intuyo que "Patria", dado al tramo considerable de historia que abarca, al numeroso elenco de protagonistas y al estilo sobrio del relato, es más accesible que otros libros míos que también tocan el tema del terrorismo.

¿Esperaba que la historia tuviera tanto recorrido?

Mentiría si dijese que no albergaba ciertas expectativas. Ahora bien, ni en mis sueños más audaces podía yo prever que la novela alcanzaría tamaña repercusión.

¿Es consciente de que los "aliados" que ha ganado por un lado (lectores) también se han multiplicado por el bando que ocupa la izquierda abertzale?

Resido en Alemania. Todo me llega un tanto asordinado por la distancia y está bien que así sea.

¿"Patria" es uno de esos libros que crean incomodidades?

Uno aspira, no sé si inmodestamente, a dejar una huella, siquiera un rasguño, en la conciencia de sus lectores... Que esta huella cause incomodidad o desazón es algo que yo no puedo prefijar.

¿Ese es el motivo por el cual afronta la narración desde una posición neutra?

No existe tal posición neutra. El novelista elige los detalles, determina la serie episódica, hace decir esto o lo otro a los personajes. Por tanto, interviene en la sustancia de la narración. Lo que yo no he hecho es dictar sentencia. "Patria" no tiene un prólogo ni notas explicativas. A eso me refiero. No hay intervención del autor desde fuera del relato.

¿No tenía motivos para tomar partido por una de las partes?

Había un límite: no ofender ni causar daño a las víctimas del terrorismo.

¿El final es magnífico, está satisfecho con él, o le hubiera puesto otra conclusión?

Celebro que apruebe el desenlace de la novela. Es lo primero que se me ocurrió. La novela entera es un prólogo al previsto final. Lo quise así, tal como es y como se narra, y así se quedó.

La novela destila confesiones, reflexiones, silencios y hasta un clima de redención. ¿Muchas emociones encontradas?

No podía ser de otro modo puesto que estamos en el terreno de la ficción, de la historia con letra pequeña, de las minucias de la vida cotidiana, del destino de gente común y corriente en su paisaje vecinal de todos los días.

¿Lo que no se puede decir de "Patria" es que no ha tocado la fibra?

En general ha sido así. Pero en este mundo hay gente para todo. Algunos tienen aproximadamente la misma empatía que un plato de loza.

¿Habrá una continuidad en la que dará cuenta de los últimos acontecimientos en torno a la banda terrorista ETA?

No habrá "Patria 2", el círculo narrativo está cerrado. Eso sí, no descarto la posibilidad de volver en el futuro a contar historias de gentes vascas de mi tiempo... Lo que en modo alguno voy a consentir es que un monotema me absorba o se convierta para mí en una especie de obsesión. Es una comparativa que no me resisto a hacer.

¿Usted vive lejos de España en contra de su voluntad?

No. Jamás he experimentado la sensación del exilio. Cada vez que quise, regresé... Mi ausencia de España se debe exclusivamente a razones familiares.

Respecto al debate que habrá escuchado miles de veces sobre "por fin se puede hablar de esto..." salta por los aires con "Patria" ¿Se ha liberado de algunos fantasmas?

No he visto nunca un fantasma en mi casa. Puede ocurrir que, como no creo en ellos, se abstengan de venir a mí.

¿La ficción era la mejor fórmula para airear los miedos de un conflicto que no ha cicatrizado? ¿Mejor que el ensayo o el relato?

Ni mejor ni peor. La ficción novelesca aporta lo suyo y tiene la facultad de llegar, según los casos, a mucha gente. No seré yo quien subestime otras formas de acercamiento a la realidad colectiva.

¿Un texto como este es un elemento de peso a la hora de contar la derrota de ETA?

Lo relevante es el tipo de versión que se cuente. Si se deja el campo libre a los relatos que blanqueen la historia sangrienta de ETA, entonces serán estos relatos, que ya existen, los que prevalezcan en el futuro y los que determinarán el punto de vista de los ciudadanos.

¿Sigue existiendo mucha hipocresía en torno a este asunto?

Desgraciadamente el ser humano está hecho de tal pasta que es capaz de lo mejor y lo peor en una misma jornada.

Usted no es sospechoso por la postura que ha defendido siempre, ¿pero cree que el mundo de la cultura falto posiciones más valientes?

Quizá sea excesivo esperar valentía del mundo de la cultura. Bastaría, en mi opinión, con que ejerciera más a menudo la generosidad.