Italia recuerda hoy con varios actos, especiales en la prensa y en la televisión e incluso un mensaje del jefe de Estado, Sergio Mattarella, los 50 años de la muerte del mayor cómico que ha tenido el país, Antonio de Curtis "Totò", un Charlie Chaplin a la italiana.

Con sus cerca de 100 películas, este actor abatió los muros del dialecto napolitano y conquistó el humor de toda Italia e incluso de intelectuales como Pier Paolo Pasoli, que le quiso como actor principal para su profunda "Uccellacci e uccellini" (1966).

Hoy en Italia se recuerdan las escenas de sus películas que se han convertido en culto como cuando un Totò en el papel del falso ingeniero Trevi vende la Fontana de Trevi a un ingenuo turista italo-americano en la película "Toto truffa 62".

Totò trabajo también con Mario Monicelli y Vittorio de Sica, Luigi Comencini, pero sobre todo con Mario Mattoli, autor de "Totò al giro d''Italia" (1948) o la fructuosa colaboración con Camillo Mastrocinque con cintas como "Totò lascia o raddoppia?", "Totò, Peppino e la... malafemmina", en 1956.

Algunas películas rápidas, de una calidad modesta, concebidas para llenar los cines, donde los diálogos se improvisaban y el actor como otro de los cómicos internacionales, Cantinflas, pasaba de ser torero, a un improbable tarzán o ciclista en el Giro.

De antología son sus dúos con el otro cómico napolitano e inseparable Peppino de Filippo en filmes como "La banda degli onesti" (1956) de la que se recuerda una de las frases que los italianos no dejan de repetir: "Yo soy un delincuente honesto. Nunca he hecho política".

Su papel del pobre que inventa de todo para salir adelante en la vida recuerda las figuras de Buster Keaton o Groucho Marx.

Con sus películas inventó el filón de las diferencias entre el norte y el sur de los países, como cuando en otra de las escenas memorables junto con Peppino viajan a la "lejana" Milán vestidos como si estuvieran en Alaska e intentan hacerse entender en todos los idiomas posibles ante un policía municipal.

El presidente de la República italiana, Sergio Mattarela, recordó al "príncipe De Curtis", ya que había heredado ese título de una familia noble napolitana, con un mensaje oficial.

"De Toto, gran máscara de la comedia del arte italiana (...), nos queda una genial herencia cultural de la que nuestro país no puede más que sentirse orgulloso", escribió Mattarella recordando el 50 aniversario de la muerte.

"Es el único hombre que unido Italia, nacido en Nápoles, pero símbolo de toda Italia", dijo hoy el presidente de la Región Campania, Vincenzo De Luca, inaugurando una monumento en su honor en Nápoles.

Antonio Griffo Focas Flavio Angelo Ducas Comneno Porfirogenito Gagliardi de Curtis di Bisanzio, como realmente se llamaba, murió a los 69 años en su casa de Roma y su vida privada, como para muchos cómicos, fue solitaria y melancólica.

Fue también autor de canciones y poesías y orgulloso actor de teatro, con más 50 espectáculos.

Su funeral fue como el de un verdadero noble: uno en Roma con el homenaje del mundo del cine que duró dos días y el segundo en Nápoles con más de 250.000 personas que siguieron el féretro por las calles.