El compromiso con la música que crean y las inquietudes sobre cómo el espacio interactúa con los sonidos han llevado a Socos a explorar localizaciones en busca de un sonido que consiga hacer viajar al público. Los protagonistas, César Martín a la marimba y Ciro Hernández en el violonchelo, nos hacen partícipes de su experiencia en la producción de "Mantra", su segundo trabajo discográfico con el sello Ear Conditioning. Este trabajo avanza en la senda comenzada ya en 2014, cuando los tinerfeños presentaban su primer disco, "These times we are living". En esta ocasión el concepto de espiritualidad, introspección y catarsis son los pilares sobre los que pivotan las piezas que serán interpretadas por primera vez de forma pública en el Auditorio de Tenerife el próximo 5 de mayo (21:00 horas) y que continuará recorriendo La Palma, Gran Canaria y La Gomera en sucesivas fechas. En esta ocasión, la cantante y compositora de origen mongolo Úyanga Bold será la invitada especial, prestando su voz a algunos temas de Socos, que se estrenan con repertorio propio.

¿Por qué Socos?

César Martín.- Comenzamos hace 9 años y desde el comienzo tuvimos claro que teníamos tener una identidad propia en este proyecto. Para el nombre buscábamos una palabra relacionada con nuestra tierra, pues nos sentimos muy unidos a Canarias, y de ahí surgió Socos, ya que un soco es un ambiente cálido y acogedor que se percibe en un lugar, y esa fue la elegida, encajaba perfectamente con lo que queríamos transmitir en el escenario.

¿Cuáles diría que son sus influencias musicales?

Ciro Hernández.- Pues difícil de definir. Socos no es un cualquier música. Está muy conectado con muchas sonidos de la música étnica, contemporánea, clásica, tradicional, moderna, utilizando la tendencia minimalista y post-minimalista de los últimos años en todo el mundo, y con dos instrumentos contrapuestos se logra, a mi entender, un nuevo sonido.

Este segundo disco está compuesto íntegramente por música propia, ¿cómo ha sido el proceso?

C.H.- ¡Pues ha sido un proceso muy creativo! (ríe) En realidad cuando exprimes el conocimiento personal y la imaginación el resultado es bastante sorprendente. También depende de la obra o tema. A veces lograr el clímax que uno tiene en la cabeza puede resultar pero en equipo es más fácil.

¿Cuáles han sido las diferencias con respecto a la producción del primer trabajo discográfico?

C.M.- El primer disco fue un proceso de búsqueda, en este nos encontramos. El arranque del dúo nos llevó a investigar, a buscar repertorio, a buscar sonoridades y posibilidades. Tras estos primeros años llegó "These times we are living", que venía a ser una respuesta a los tiempos que vivíamos. Cuando lo acabamos tuvimos claro que el siguiente paso sería apostar por nuestras propias composiciones, una tarea arriesgada ya que los dos tenemos formación de intérpretes. El resultado es este que se expone en este nuevo trabajo, "Mantra", donde todas las piezas han sido íntegramente compuestas por los dos. Ha sido duro, pero a la vez muy emocionante. Es nuestro trabajo más personal.

¿Con qué artista icónico les hubiera gustado trabajar?

C.H.- Con cualquiera que esté dispuesto a trabajar con nosotros.

C.M.- En este sentido creo que siempre hemos estado abiertos a colaborar, a estudiar ideas. Socos no es una propuesta cerrada y de hecho ya hemos hecho colaboraciones con Ernesto Rodríguez Abad o Jeremías Martín.

¿Cómo surge la colaboración con Úyanga Bold para este trabajo?

C.M.- A Úyanga la conocimos en 2014, cuando cantó en la octava edición de Fimucité, el festival de música de cine que dirige Diego Navarro en Tenerife. Su voz nos cautivó y pensamos que encajaba perfectamente con lo que estábamos haciendo. En nuestras cabezas ya rondaba la idea de buscar una colaboración para el siguiente disco y esto encajaba a la perfección. Lo increíble para nosotros fue ver que aceptó la propuesta, es una artista muy solicitada y su agenda suele estar llena. El proceso con ella ha sido espectacular, su calidad humana y artística están reflejadas en la música que ha hecho con nosotros... Ha sido un sueño crear este universo musical con ella, le estamos muy agradecidos.

¿Por qué "Mantra" es el título de este segundo proyecto discográfico?

C. M.- Empezamos a trabajar las primeras piezas basándonos en elementos que invitaban a la reflexión, casi al trance. Un día aparecí en el ensayo con la palabra en la cabeza y Ciro no lo dudó. Creíamos que mantra recogía el concepto de lo que queríamos transmitir. Mantra es una palabra sánscrita que se refiere a sonidos que, según algunas creencias, tienen algún poder psicológico o espiritual. Queríamos entrar en esa búsqueda a través de nuestra música.

¿Cómo se decide si una pieza entra o no en el disco?

C.H.- Pues somos bastante permisivos con el deseo del otro. Pero me imagino que César habrá hecho como yo, muchas ideas las habrá desechado antes de enseñarme la partitura. Luego uno aporta lo que tiene para que salga a la luz lo mejor de cada compás. Hemos hecho lo que sabíamos, siguiendo nuestros instintos, arriesgando, con nuestros aciertos y errores. Las motivaciones siempre han sido tener algo que decir y generar un diálogo con el público.

C.M.- Creo que ambos buscamos explotar las cualidades del otro. Es un acto de generosidad constante, lo cual es muy enriquecedor. Desarrollamos trabajos conjuntos, otros por separado, siempre con la constante de sacar cosas en claro, puntos en común.