La novela negra y policíaca tiene desde 2006 al francés Pierre Lemaitre elevado a los altares, ese año se convirtió en veterano debutante en un género en el que considera que los autores están encerrados en un "gueto cultural" porque la crítica no les ha otorgado el estatus de "escritores reales".

"Los autores de novela negra estamos encerrados en una especie de gueto cultural porque muchos críticos y universitarios no nos otorgan el estatus de escritor real de literatura", dijo Lemaitre en una entrevista en Bogotá, donde participa en la XXX Feria Internacional del Libro (Filbo).

El escritor, ganador del Premio Gouncourt 2013 por su novela "Nos vemos allá arriba", aseguró que, debido a esa decisión de la crítica, la novela negra "sigue siendo una especie de subgénero", por lo que consideró que cada uno de los escritores que se dedican a ese estilo tiene ganas de mostrarse a sí mismo y a los demás que son autores reales, como si fuera "una especie de síndrome de Estocolmo".

"Nos identificamos con las personas que nos critican y que nos quitan el estatus de escritores, y por eso nos sentimos obligados a justificarnos ante sus ojos", agregó.

En su visita a Bogotá, Lemaitre ha aprovechado para presentar al público colombiano su última novela "Tres días y una vida" (editorial Salamandra), publicada en 2016.

El autor parisino, quien escribió su primera novela "Travail soigne" (2006) a la edad de 56 años y ya instalado en el género que le ha dado la fama, confesó que tardó "más de medio siglo" en dar el paso a la escritura, pues cree que es una decisión que demanda una profunda reflexión.

"Ser escritor es una decisión que requiere reflexión. Yo soy un hombre algo lento y me tomé un poco más de medio siglo para pensar. Fue entonces cuando me pareció que mi reflexión ya había llegado a su madurez, y decidí convertirme en escritor", señaló el hasta entonces profesor de Literatura.

Lemaitre aseguró que la novela negra es el género literario de la evolución personal debido a que transcurre en un universo en el que sus personajes luchan por su supervivencia en medio de un entorno de opresión que los lleva a convertirse en personas temerarias.

Asimismo, señaló que es también el género "de la transgresión", porque muestra esa etapa en la que los personajes ven la luz tras convertirse en algo que odian y que nunca imaginaron ser, lo que califica como una "condición para progresar".

"Esa transgresión de los personajes y su posterior evolución otorga una recompensa al lector, pues cuando alguien que está oprimido, en una situación difícil, que está naufragando logra finalmente enderezar la situación o vengarse, crea una de las cosas más agradables en la vida", subrayó.

A lo largo de su conversación con Efe, Lemaitre reconoció que varias ideas de las que ha plasmado en sus libros han llegado a su mente gracias a recuerdos que almacena de varios textos que ha leído a lo largo de su vida, aunque aseguró que estas citas "no necesariamente" son de sus autores predilectos.

"Cuando escribo una historia, a veces una palabra o una imagen me atraviesan la cabeza. Cuando esta idea llega y la guardo, anoto al final el nombre de la persona a la que le debo este regalo, pero no necesariamente es gente que admiro, sino que son cosas de las que me acuerdo", aseguró.

Sobre el Premio Goncourt, Lemaitre afirmó que nunca ha necesitado "ese combustible para avanzar" en su carrera como escritor, por lo que aseguró que entre sus ambiciones como escritor "no está ganar el Premio Nobel".

A su vez, manifestó su molestia por la constante comparación que se le ha hecho con el escritor sueco Stieg Larsson (1954-2004), pues incluso ha constatado casos en que cuando le dedican una página en un medio importante, el nombre del escandinavo reemplaza al suyo.

"No me gusta la idea y no es que no me guste su obra, pero estoy cansado de este principio, muy periodístico, de que el modelo de la novela negra sea el escandinavo y que el tipo de escritor sea Stieg Larsson. No me reconozco en esta categoría", concluyó.