Estos días, los estilismos más atrevidos de la gala MET hicieron que la atención se centrara en Nueva York. Los volantes nos llevaron hasta la Feria de Sevilla. Mientras que la meteorología, aquí en Tenerife, nos empuja a interesarnos por la moda baño.

Las tendencias hacen que ellas apuesten por los bañadores de una sola pieza. El mejor bronceado no hace dudar que los bikinis son la opción más demandada y, por el mismo motivo, los trikinis prácticamente han desaparecido. Hay quien afirma que la fusión entre los trajes de baño de una y dos piezas ha sido tan efímera que nunca estuvo.

Los drapeados, apliques, braguitas extremas -muy altas o micro- y combinaciones de tejidos dan juego y diseños actuales, mientras que los escotes arriesgados serán protagonistas. Cada mujer se decantará por el que más le favorezca; halter para estilizar, con volantes para las que tienen menos pecho, con aros bien estructurados para las que tienen más, en V para alargar la silueta... Además del corte, a la hora de elegir el modelo habrá que tener en cuenta el tejido y el gramaje de la licra.

Los estampados, ante todo tropicales -flores y piñas- y geométricos -en blanco y negro-, los lucirán tanto mujeres como hombres. Los colores lisos siguen siendo un acierto. El nude es el básico más arriesgado y el negro se actualiza con transparencias estratégicas.

Normalmente, los caballeros se dejan llevar por los cortes que les sean más cómodos. Aunque el abanico de formas es amplio, la división se simplifica en los que son de pantalón o no. Tanto unos como otros tienen pros y contras. Los bóxers dan más juego para el diseño y al mismo tiempo son menos confortables para el baño. Por su parte, los slips, que suelen ser de licra, evitan las incómodas marcas del sol. Con un patronaje más limitado que el de la mujer, el peso cae en dibujos y materiales para ofrecer el bañador de temporada.