Mueca es también un hermoso marco de convivencia. Está el arte en la calle, los mimos, el circo, los acróbatas, los músicos... El reflejo de un intenso esfuerzo de gestión cultural que se cristaliza en cuatro días de actuaciones después de un trabajo previo de planificación que dura meses. Una eclosión planificada que muta en arte libre, que fluye de voz a voz también, esa marea pausada y viva que toma las calles. Tan tópico, tan cierto, tan hermoso.

Mueca son los tambores de Bloko del Valle, y también lo son los encuentros casuales de los amigos en las esquinas. El Festival tiene tanto de vida sobre los escenarios como en las gradas. Mueca es la espontaneidad de Karcocha interactuando con el tráfico de coches, como lo son también los locales de ocio y restauración que muchas veces se ven desbordados ante la afluencia de clientes.

Mueca es la grandiosidad de Puja y su espectáculo "Quixote" colgados a 50 metros de una grúa, y lo son de la misma manera las familias enteras que llegan a Puerto de la Cruz a primera hora de la mañana y se marchan cerca de las 23:00 horas con numerosas historias en la retina. Mueca es eso también, cientos de niños disfrutando de cultura, cultura que muchas veces se puede incluso tocar, cultura para todos. Tan tópico, tan cierto, tan hermoso. Mueca son, sobretodo, sus ''Cómplices'': el grupo humano que interactúa alrededor de la plataforma ciudadana en un proceso de cogestión (junto a instituciones y empresas) que hace de este festival también un objeto de estudio.

Y así van quince ediciones ya. En un crecimiento paulatino, con cifras oficiales que hablan de hasta 60.000 personas transitando por las calles de la ciudad norteña durante un fin de semana. En este 2017, un nuevo espacio escénico de gran formato en el Espacio Muelle-Aqualia. Allí voló el contemporáneo "Quixote" de Puja. La calles temáticas reforzadas con potentes espectáculos que dan a las arterias del festival la misma intensidad vital que siempre rebosa en los espacios escénicos principales. Festival Internacional de Arte en la Calle que proyecta la ciudad más allá de sus límites geográficos. Una siembra continua, en el mes de mayo, que cada año recoge más sentidos y mejores frutos gracias a un esmero cuidado. El arte, como la vida misma.