El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias de Garachico (Ficmec) llega hoy al ecuador de la celebración más larga de su historia con un buen "sabor de boca", según confirmó el director de este evento, el cineasta David Baute, quien comentó que la asistencia media a los diferentes actos celebrados hasta el momento es de alrededor de 300 personas.

"El próximo año vamos a plantearnos buscar otro lugar para las proyecciones porque la sala que utilizamos ahora, la del exconvento de San Francisco, tiene 250 plazas y la asistencia ha sido muy superior, una media de 300 personas. La única proyección en el exterior ha sido la de The Canary Islands", comentó Baute.

La XIX edición del Ficmec, que este año durará once días y se clausurará el próximo domingo, 4 de junio, propone para hoy la segunda edición de Vulcanalia en colaboración con la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, sección en la que se proyectarán cuatro películas.

Estas jornadas, que se prolongarán hasta mañana en el exconvento de San Francisco, contarán hoy con la presencia de la geóloga francesa Floriane Chouraqui, de la que, a partir de las 17:00 horas, se proyectará su corto "Fogo na boca", seguido de un coloquio con la experta y vulcanóloga Samara Dionis sobre "Fogo: El antes, durante y después de una erupción volcánica".

Dos horas y media después se visionará "El valle sin sombra", del colombiano Rubén Mendoza, que cuenta cómo en "una negra noche de 1985 una avalancha, una montaña móvil, juntó en una sola masa niños, mujeres, ancianos, camiones, animales, tractores, sepultando en quince minutos a un pueblo y más de veinticinco mil personas: una tragedia anunciada que para los tres mil sobrevivientes empezó ese día y se extiende hasta hoy".

El resto de la jornada también contempla varias actividades complementarias, entre las que destacan proyecciones y talleres dentro del apartado Educación Ambiental y una excursión a Arenas Negras.

La jornada de ayer, además del estreno del documental "The Canary Islands", contó con la participación del artista ghanés El Anatsui, quien impartió una charla sobre arte y reciclaje. Este creador indicó que "cuando uso tapones de bebidas estoy haciendo una reflexión histórica sobre África, Europa y América".

Este amable y reconocido escultor, que se educó en una escuela de misioneros, trabaja mucho con arcilla y madera, además de algunos elementos reciclados que integra en sus composiciones escultóricas.

Cuestionado en una entrevista facilitada por los organizadores del festival sobre por qué eligió este tipo de materiales, Anatsui comentó: "Yo no los denomino materiales reciclados, porque esa idea se refiere a un material que ha sido usado y que se aprovecha para volver a ser usado. Yo busco materiales en el medio y les doy una función para la que no estaban pensados originalmente; los convierto en objetos artísticos para ser contemplados".

También añadió que "así hago del medio ambiente un espacio más limpio y más saludable; pero, además, aquí entra en juego la historia: cuando yo uso tapones de bebidas alcohólicas para hacer mis obras me encuentro con que esas bebidas alcohólicas las trajeron a mi país los europeos. Pero es que hace mucho tiempo los europeos se llevaron a personas de África a América, y esas personas trabajaron en la caña de azúcar, y ese azúcar sirvió para fabricar bebidas alcohólicas que los europeos bebieron y trajeron a África. Por lo tanto, al usar esos tapones estoy haciendo una reflexión del vínculo histórico entre tres continentes".

Este prestigioso autor considera que el arte es vida, motivo por el que defiende que los artistas "tienen la responsabilidad de hacer una labor de reeducación para cambiar la mente y la conciencia, pero no me preguntes cómo porque sería difícil de contestar".

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Anatsui

artista ghanés