Desde que conociera la nominación al Premio Nacional de Artesanía, la gallega Martina González, alma mater del Obradoiro de Martina, no duda en mostrarse agradecida a quien le ha ayudado a llegar hasta donde hoy se encuentra. Su firma goza ahora de un reconocimiento al trabajo bien hecho, como quedó demostrado en la última Feria Internacional de la Moda de Tenerife.

¿Pudo imaginar cuando llegó de Santiago de Compostela lo logrado en el último año?

Que un taller tan pequeño como el nuestro esté en la candidatura de los premios nacionales ya es un logro muy alto. El Obradoiro fue creciendo poco a poco y fue cogiendo su propio camino. Yo lo abro para vivir de una forma profesional.

¿Cuántas horas de trabajo lleva un vestido de los que usted confecciona?

Ninguno de nuestros trajes baja de una semana o quince días. Los vestidos de novia pueden llevar, entre horas de bordado y todo lo demás, hasta dos meses de trabajo.

¿Cree que la gente lo valora?

Yo creo que sí. Los clientes del Obradoiro sí saben el trabajo que hay. Lo primero que miran es la filosofía de la empresa, que cuidamos la tradición, usamos técnicas ancestrales, respetamos los tiempos y los procesos que tiene que llevar cada una de las prendas al nacer.

¿A qué mujer le gustaría vestir?

Cada persona tiene una esencia; tiene su encanto. Todas, inconscientemente, tenemos dentro idealizado cómo nos gustaría ir. Nosotras solo somos las manos que trabajan para que ese traje soñado se pueda realizar.

¿Cómo se forma Martina González?

Mi abuela y mi bisabuela tenían una sastrería en Santiago de Compostela. Yo estudio allí, en la Escuela de Arte y Oficio, luego me licencio en Bellas Artes y acabo la carrera en Tenerife, donde conozco a mi marido, que me enseña La Palma. Fue amor a primera vista. Aquí conozco a la abuela de Sergio, que fue bordadora toda la vida. Por las tardes me iba con ella a aprender a bordar, porque era un mundo que me encantaba.

¿Hay algún bordado que sea especial?

Uno de los bordados que más me enamoraron fue el de punto antiguo, era puro arte. Ella me decía que cada puntada tenía que salir de mí. En las disciplinas de bordado palmero era el que más libertad tenía, el que más hablaba de las manos que lo estaban bordando. Este es el que más suele representar mi colección. El siguiente que me enamora fue el richelieu, más conocido como el "rechi", que es siempre protagonista desde que se abrió el Obradoiro.

¿Qué ha cambiado en este tiempo?

Cuando lo abro, al nacer mis hijos, no me daba cuenta de que lo que estábamos haciendo era innovar. Por ejemplo, cuando cogimos los primeros bordados y trasladamos las mantelerías a vestidos de niñas de arras, o cuando cogí los grabados de las toallas y los trasladamos a las novias. También tuvimos toda la suerte del mundo al irnos a Tenerife a una feria regional de artesanía. Pasó Efraín Medina -vicepresidente del Cabildo de Tenerife-, vio mi stand y me dijo: "Tienes que venirte a Tenerife Moda". Ahí el trabajo del Obradoiro empezó a caminar, surgen las primeras colecciones y la gente empezó a apostar por nuestro trabajo.

¿Fue estar en el lugar exacto en el momento adecuado, no?

Aún recuerdo las palabras de Efraín: "Es todo un lujo". Fue mi primer fan. El primero que me levantó la moral con su forma de valorar mi trabajo.

¿Qué ha significado que la Feria Internacional de la Moda le acoja?

Cuando todos los diseñadores me acogieron en Tenerife me encontré un gremio súper familiar, un ambiente magnífico, donde la creatividad y el compañerismo es lo que brinda. Es sentirse en casa. Eso para las islas no capitalinas es importante, sentirse acogido por estas plataformas que llevan muchos años trabajando.

¿Con qué sueña ahora?

Con seguir viviendo de forma profesional, preparar la siguiente colección y que todas las chicas que trabajan en el Obradoiro -cuatro- estén fijas.

¿Le gustaría presentar sus diseños en alguna pasarela en concreto?

Creo que no hay ninguna pasarela en concreto. Internet te mueve por el mundo, nunca sabes quién te puede visualizar, nunca hay una pasarela equivocada. En el sitio que menos te lo esperas encuentras a tu mecenas.

¿Qué vamos a ver de cara a 2018?

La esencia sigue siendo la misma, la del Obradoiro. Las pinceladas de color cada vez van a coger más protagonismo.

¿Estará en la próxima Feria de la Moda?

Creo que sí; eso espero. Con ellos al fin del mundo.

¿Presentará novia?

Hemos ido dando pinceladas de los adultos. Hemos enseñado a nuestras damas y a nuestras novias en Feboda. Este año repetiremos, llevaremos a nuestras grandes embajadoras, sin olvidarme de las niñas.