Aquel estudiante de Psicología y empleado de banca decidió un buen día cambiar los asientos contables por un saldo más positivo: cuartilla y lápices. "Desde niño ya quise ser dibujante, pero a la edad de 15 o 16 años no lo veía posible; no sabía cómo hacerlo". Y cuenta José Luis Martín Zabala que tuvo la enorme suerte de que, en la época de la Transición, se produjo una eclosión de revistas y periódicos nuevos, de manera que para él y para otros se abrió un horizonte de posibilidades.

Desde entonces, allá por 1976, iba perfilando su talento en semanarios de humor y crítica política. Fundador de la revista El Jueves, en la que ofició como director y editor desde 1982, creó su propia tira cómica con la criatura de "Quico el progre" en el Periódico de Catalunya, se aventuró como productor y guionista de televisión y también en el mundo del teatro.

El personaje del Dios, serie que creó en 1977 a su imagen y semejanza, se acomoda a los cánones de la estética greco-latina. "Soy persona de natural amable y considero que eso se traduce en la imagen de un Dios bondadoso, adornado de los tópicos que yo había aprendido en las sagradas escrituras". Aquella generación educada en el dogma judeo-cristiano proyectaba la figura de un Dios omnipotente y omnipresente, simbolizado mediante un ojo que lo veía todo y con largas barbas blancas.

"Lo que hice fue convertir al lenguaje de las historietas todos aquellos tópicos, porque ya siendo pequeño me parecía que tenían un componente humorístico: las arpas, los demonios en las calderas... El resultado es una historia que considero bastante blanca", dice pícaramente.

Lo cierto es que desde el humor se quebraba el tabú de la religión. "Por entonces, los que éramos jóvenes y de alguna forma inconscientes, teníamos la sensación de que soplaban vientos de cambio, que por fin la democracia llamaba a la puerta y, además, contábamos con el aval o la garantía de la vecina Europa". De ahí que hubiera un clima de cambio: "La moral era de victoria y los problemas con la justicia se entendían como gajes del oficio".

De hecho, en 1984 fue juzgado por "ultraje a la religión católica". El fiscal solicitó para él tres años de arresto mayor por la autoría de "La Biblia contada a los pasotas" (1980), una recopilación de historietas publicadas en la revista El Jueves, a manera de resumen del Antiguo Testamento, que se consideró "befa y escarnio de distintos pasajes del Génesis y otros libros de las sagradas escrituras".

Al dibujante aquello le resultaba sencillamente divertido. "Los juzgados eran vetustos, grises... Hasta se daba el caso de que el fiscal se iba a tomar un café y cuando llegaba la hora de tu vista ni siquiera te acusaban", por incomparecencia de la parte acusadora, claro.

Su rol como editor lo considera positivo y, aún más, de una publicación sana en lo económico, en la que no existen cortapisas. "Y en el sector del humor es importante, porque vives en un medio sometidos a las amistades del editor, a presiones de los anunciantes... En cambio ser dueño de la revista... Una libertad maravillosa".

Y José Luis Martín tiene a gala proclamar que El Jueves fue la única publicación que superó el tabú que representaba la monarquía, "consecuencia de nuestra independencia de los poderes. A menudo me preguntaban cuándo publicábamos este tipo de historias ¿y no ha llamado el ministro? Mi respuesta era clara: si lo hace, tenemos nuestras obligaciones fiscales al día".

Cuando El Jueves "desnudó" la inviolabilidad de la monarquía con una portada en la que aparecía "El Principito" en pelota picada y en actitud íntima con la princesa, la revista por entonces se había traspasado a un grupo, pero no existían cortapisas. "Ahora, ya... Hubo otro incidente con una portada sobre la abdicación del rey.., pero para entonces yo ya estaba retirado", sostiene este dibujante.

Y recuerda un número histórico, con ocasión de la boda de la primera infanta, en Sevilla. "Sacamos un extra en el que se incluía una camiseta en la que rezaba "Yo no fui invitado a la Boda Real" y, en letras pequeñas, "aunque la pagué de mi bolsillo". En una mañana se vendieron 200.000 ejemplares. ¿Por qué? Porque la gente estaba de acuerdo y nosotros éramos los únicos que podíamos decirlo".

Asegura que con la Casa Real nunca hemos tenido problemas, sino con el Fiscal General del Estado. "Una vez hablé con el rey Juan Carlos, antes de que se dieran todos estos follones, y me confesó que compraba El Jueves en verano".

De un tiempo a esta parte lo ocupa su corazón, sus manos y su mente el personaje del jubilata. En él recoge todo el mundo cotidiano del abuelo que debe ir a buscar al niño al colegio, servir de apoyo a los hijos... "Me parece divertido y relajado para este momento"., dice son una tierna sonrisa.

José Luis Zabala estará hoy, de 18:00 a 20:00 horas, firmando ejemplares de sus obras en la librería Lemus de La Laguna, invitado por los responsables de la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo.

José Luis Martín Zabala

humorista gráfico