Artista con un perfil multidisciplinar licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en 2010, la creadora palmera Raisa Maudit (1986), actual comisaria de Área 60, reside y trabaja en Madrid, aunque ha desarrollado sus proyectos en galerías, ferias y museos Internacionales como MUSAC (León), Gitte Bohr Gallerie: Club fur Kunst und potisches Denken (Berlín), Espacio Flausina Lx (Lisboa), Galeria Fernando Pradilla (Madrid, Canarias Mediafest (Las Palmas), Galeria Codice (Managua, Nicaragua), Eeria de Arte Contemporaneo ESTAMPA (Madrid), SWAB Art Fair (Barcelona), CA2M (Madrid), LABoral Centro de Arte (Gijón), Fundacio Joan Miró (Barcelona), MACBA (Barcelona o HOME Manchester (Reino Unido), entre otros espacios.

En su vuelta al TEA realiza una residencia conjunta con Alby Álamo ¿Qué se ha planteado en esta iniciativa; es la primera vez que trabajan juntos?

En principio es un gran experimento... No nos conocíamos antes y, por lo tanto, no habíamos trabajado juntos.

¿Han llegado con alguna idea preconcebida?

Ambos teníamos claro cuando nos encontramos que queríamos trabajar en esta exposición con artistas y creadores de aquí o con gente joven. Así que nos estamos concentrando en conocer todo lo que podamos el contexto local y en visitar estudios de artistas y estudiantes de arte. Los dos hemos realizado proyectos expositivos en los que no contamos con ningún artista local, enfocando nuestros proyectos en traer a la sala modos de hacer y creaciones que difícilmente se ven en la comunidad incluso en el territorio del estado. Hicimos proyectos que trataban en el fondo de intentar enriquecer el territorio desde fuera. Ahora queremos hacer lo contrario: el objetivo es dar visibilidad a los creadores que están trabajando desde las Islas.

A nivel discursivo y estético los dos son en principio, o eso parece, bastante diferentes. Imagino que este trabajo supondrá un reto interesante para su carrera, ¿no?

Las diferencias no son problemáticas. De hecho, pienso que las diferencias son más notables y pueden suponer unos handicaps reales cuando afectan a personas que aparentemente tienen todo en común, porque cuesta más ceder, hay posibilidad de competición y posees más las situaciones cuando los lenguajes y medios son los mismos. Creo que es mejor trabajar desde la diversidad, al final nadie es tan diferente. En cuestiones de reto, creo que por razones que superan a mis ganas de definirme siempre me meto en situaciones que son complejas y que suponen retos. Es posible que ese riesgo, que el elegir siempre el camino más difícil, sea mi lugar de confort.

Tanto Alby Álamo como usted son canarios, viven fuera de sus Islas y gestionan espacios colectivos autogestionados. ¿Dónde se encuentra ahora y qué tiene entre manos en este espacio?

"Storm and Drunk" es un proyecto que ha ido cambiando mucho desde 2014. Muta constantemente porque es un proyecto que está siempre en el abismo, entre la desaparición y la explosión. Ahora mismo el espacio está en Lavapiés y lo mantengo económicamente yo, porque además es mi estudio de trabajo, mientras diseño la programación con una red de colaboradores afines que tienen total libertad. Pero no siempre fue así, el equipo gestor ha ido cambiando, hemos recibido ayudas y premios del Estado, "crowdfundings", nos hemos mudado varias veces. Es un espacio que es una apuesta política, es un lugar para experimentar y en el que el "leitmotiv" se trata de hacer y visibilizar prácticas, identidades o modos de hacer que están fuera de la norma y que no responden a postulados jerárquicos dentro de la creación artística. Es un proyecto que habla de anarquismo, de marginalidad, de supervivencia y que habla de buscar tu propio poder. Este año programamos con menos velocidad para poder compaginarlo con el resto de mis proyectos y evitar el agotamiento, pero se ha lanzado el programa "Lets Get Real Here" en el que a través de exposiciones, "workshops" y clubs de encuentro trabajamos a raíz de la idea de fracaso y de pérdida como lugar de poder. Se trata de abrazar la caída.

Esta es la tercera vez que está en TEA. Cada una de ellas lo ha hecho de manera distinta: Primero como creadora en "¿Quién es ese hombre?" , después cómo comisaria en "The Witch and The bitch" y ahora regresa para realizar esta residencia. ¿Qué puntos tienen en común estas tres facetas? ¿Se siente más cómoda con alguna?

Para mí es todo parte de mi identidad como artista... Trabajo de forma transdisciplinar, así que no hago proyectos de comisariado como comisaria, hago proyectos de comisariado como artista. Para mí es exactamente lo mismo hacer una pieza de vídeo, una instalación, una "performance", comisariar una exposición, escribir un texto o colgar contenido de libre acceso en la red. Quiero expandirme en todas las ramas artísticas.