Con la mano debajo del pecho escuchan y sienten la voz interior. Sueltan brazos y mientras de fondo suena una melodía de piano van estableciendo leves contactos: los cuerpos se reconocen. Primer paso.

Diez mujeres por encima de los 65 años escenificaban ayer un microfragmento, un extracto de la pieza de danza contemporánea "Principiantes", que mañana, domingo, presentarán al público (18:30) en el teatro Leal.

Ahora se concentran, arracimadas, para luego estirarse en todas direcciones, como ramas de un mismo árbol, y dividirse en hojas sueltas, pequeño equilibrio, desprendiéndose en busca de espacios propios para a continuación convocar dúos, tríos, cuartetos... Tensión máxima. La individualidad se hace armonía. Segundo paso.

El origen, el primer movimiento de esta particular historia, hay que buscarlo en la memoria de la bailarina Carlota Mantecón, la maestra del taller. "Trabajé con un señor octogenario semana a semana", confesaba ayer, "y aquello se extendió durante cuatro años".

De aquella experiencia le asomó el deseo casi irrefrenable de investigar esas anatomías "que se alejaban de los cánones de la academia", decía, desde el convencimiento de que resulta posible "volver a percibir que existe un espacio vivo, un punto de encuentro y de contacto donde es posible recrear un lugar de celebración para los cuerpos", explicaba.

El resultado de esta exploración lo hizo forma en 2012 con "Todos los cuerpos se mueven" (Moving life), una práctica de danza con "gente grande" que ahora traduce este grupo de "chicas", seleccionadas entre 33 aspirantes, quienes han venido ensayando todos los viernes, durante dos intensas horas, a lo largo de tres meses.

El propósito, usar el baile como herramienta de exploración, de reconocimiento del error, de emoción y, sobre todo, diversión.

Susi tomaba la palabra y, en calidad de portavoz, reconocía que, tal y como le sucedió al común de sus compañeras, pensó que lo del taller no iba más allá de aprender unos pasos de baile. "Y ha sido una experiencia espectacular".

Javier Cuevas, responsable del LEAL.LAV, referente en investigación de danza contemporánea, reivindicó esos "cuerpos que parecen olvidados" y que representan un "vínculo entre pasado, presente y futuro". Tercer paso.