"Todo el mundo quieto. Esto es un atraco". Y como algún jodido capullo se mueva, me cago en la leche, me voy a cargar hasta el último de vosotros". Espetan dos atracadores en un "seven eleven" a plena luz del sol. A continuación suena el tema instrumental "Misirlou". De esta manera comienza "Pulp Fiction" (1994), la obra maestra de Quentin Tarantino, el apóstol de la violencia cinematográfica moderno.

Tras ver con 7 años "Grupo Salvaje" (1969) y "Defensa" (1970) estaba predestinado a recoger el testigo de los estetas de la violencia de los 70, entre los que descollaba Sam Peckinpah. Su posterior paso por un videoclub forjó la batidora visual que se vierte en su cine, que además se sustenta en sus lecturas y cultura musical.

"Pulp Fiction", desde su título, se impregna de la literatura impresa en papel de cebolla, y, en concreto, de la revista "Black Mask", en la que escribieron Dashiel Hammett o Jim Thomspon. Acusado de plagiador, en realidad Tarantino ofrece una mirada que distorsiona los modelos canónicos, pervirtiendo los códigos. En su segundo largometraje, hay referencias explícitas a "Psicosis" ( 1960), "La naranja mecánica" (1971) o "Las tres caras del miedo" (1963), pero en las que les otorga su sello personal. Asimismo, una de las características más reconocibles de su cine es la certera selección de temas musicales preexistentes, que en el filme crean una determinada atmósfera. El cine de Tarantino se ha convertido en un fenómeno social y varias escenas y canciones de "Pulp Fiction" ya forman parte de la cultura pop. El espectador ya asocia indefectiblemente "You''ll Be A Woman Soon", tema de Neil Diamond interpretado por Urge Overkill, a esta película. Así como "You Never Can''T Tell" de Chuck Berry.

"Pulp Fiction" está dividida en cuatro grandes secuencias que no siguen un orden cronológico y que propicia que sea el espectador el que tenga que "hacer" el montaje el final en su cabeza. El hecho de que comience y concluya con la escena de la cafetería propicia que esta adquiera el carácter de bisagra a partir de la cual se despliegan sucesivos "flashback" y "forwards" (saltos cronológicos hacia atrás y hacia adelante).

Este acierto, que despista a muchos espectadores (acostumbrados a la linealidad de Hollywood), no fue óbice para que el filme fuera un tremebundo éxito, gracias a sus escenas icónicas como la del baile de Vincent Vega (encarnado por el resucitado John Travolta) y Mia Wallace (Uma Thurman) o la de la reanimación de Mia con la inyección intracardíaca de adrenalina, en la que se palpa que antepone las leyes de la dramaturgia a cualquier atisbo de realidad.

A ello hay que añadir unos diálogos personalísimos, trufados de tacos, que revelan la forma de hablar del propio Tarantino, en los que conjuga violencia y humor. Por último, "Pulp Fiction" revela uno de los grandes temas del cine de Tarantino: la dialéctica entre la lealtad y la traición.

(14 de julio)

La próxima semana llega a la cartelera española uno de los "blockbuster" del verano: "La guerra del planeta de los simios", tercera entrega de la nueva saga. También se estrena la tercera parte de "Cars", en la que Rayo McQueen se ve sorprendido por una nueva generación de corredores ultrarrápidos.

"En la vía Láctea" supone el regreso de Emir Kusturika tras un largo silencio cinematográfico. En un ambiente bélico cuenta una historia de amor. Formó parte de la sección oficial de la última Mostra de Venecia. Por su parte, la danesa Lone Scherfig, en "Su mejor historia", también narra una historia de amor en tiempos de guerra. Ya saben cada película tiene su espectador. Sea cual sea su elección no dejen de ir al cine.