Un conjunto de 82 obras que representan a 64 artistas integran la exposición "Paisaje-Identidad-Lenguaje", que permanecerá abierta hasta el 16 de septiembre en el Espacio Cultural CajaCanarias de la capital tinerfeña, una muestra con la que se inaugura el programa de actividades que conmemoran el 30 aniversario de apertura de este singular universo expositivo.

Coincidiendo con esta celebración, el presidente de la Fundación CajaCanarias, Alberto Delgado, y el director de Acción Cultural de la entidad, Álvaro Marcos Arvelo, presentaban ayer la muestra en rueda de prensa, invitando a la sociedad con la que han convivido a lo largo de estas décadas a vivir un viaje especial, a partir de un recorrido por el arte canario desde los albores del siglo XX hasta comienzos de la actual centuria.

Y es que el edificio que alberga la sede de CajaCanarias "no solo se ha construido a base de cristal y piedras, sino con pensamiento e ideas", subrayó Alberto Delgado, quien dimensionaba el fenómeno de lo que representa la institución para el tejido social y cultural de la Isla y sus gentes, desgranando nombres de intelectuales y pensadores que como José Luis Aranguren, Alberti, Todorov, Saramago, Sami Nair, José Luis Sampedro, entre otros, han ido consolidado este espacio como "un lugar abierto al mundo y a la búsqueda incansable de la belleza. Es decir, a lo mejor de lo que somos".

De las aproximadamente 1.200 piezas que componen el fondo artístico de la institución, un "tesoro" que se ha ido alimentando a lo largo de los últimos cien años, esta muestra representa una cuidada selección. En palabras de Álvaro Marcos, destila esa "mirada abierta" que ha ido conformando la condición del ser insular.

"No existe en la naturaleza ningún lugar más cargado de riesgos para la independencia de la criatura humana que una isla". Esta reflexión de Domingo Pérez Minik cuelga como lema en las paredes, compartiendo ideario y atmósfera con obras de representantes de la llamada Escuela Regionalista, caso de Romero Mateos y Martín González; los sueños surreales del genial Óscar Domínguez o la poética de Juan Ismael; la expresión sin ataduras que desprenden Lola Massieu, José Julio Rodríguez y César Manrique; esos tránsitos más personales que manifiestan María Belén Morales, José Dámaso, Pedro González, José Abad o Cristino de Vera... Desde los tiempos del informalismo y la experimentación de Manolo Millares y Martín Chirino, a los creadores que, como ciudadanos de la naciente democracia, reivindicaron un compromiso individual.

La exposición se completa con tres corto-documentales desde los que 17 artistas se asoman para cuestionarse y reflexionar a partir del ser, el lugar y el lenguaje que ha determinado su obra.