"Despacito" es un clamor internacional. De Nueva York a Estambul; de Moscú a Ciudad del Cabo. "Uno nunca sabe la evolución que tendrá una canción, pero mentiría si le cuento que un artista no sueña con experimentar las sensaciones que me está transmitiendo este tema", asegura el puertorriquero Luis Fonsi (1978) camino de Lisboa, ciudad en la que anoche ofreció un concierto dentro de la gira "Love + Dance World Tour". Canarias vuelve a aparecer en la hoja de ruta de un artista al que no le cuesta admitir que su cuentakilómetros europeo empezó a funcionar en Tenerife. "Esa es una realidad que no puedo esconder", confiesa antes de afrontar una minigira en el Archipiélago con paradas en Las Palmas de Gran Canaria (21 de julio), Santa Cruz de Tenerife (22 de julio) y Santa Cruz de La Palma (23 de julio). Las dos primeras forman parte de la agenda del XI Festival Mar Abierto que organiza ArteValle Producciones.

Hace unos meses, coincidiendo con su participación en la última gala de los Dial, se especulaba con la posibilidad de que "Despacito" alargara su vida hasta el verano. Parece que sigue "vivo", ¿no?

Ha llegado, ha llegado (ríe)... Es una canción que nos sigue regalando muchas alegrías. "Despacito" ha sobrepasado todas las expectativas que teníamos alrededor de ella. Yo no sabría explicarle cómo ha pasado, pero ya es uno de los temas más importantes que se han escrito en los últimos tiempos. Lo más emocionante, sin duda, es ver que una canción interpretada en español es capaz de conquistar al mundo entero.

Además, es un tema que todos los días da mucho que hablar. Hace poco, sin ir más lejos, leí que a un dj de Logroño le habían pegado por poner "Despacito" 10 veces seguidas.

Diez son muchas (ríe)... Es una canción que está despertando todo tipo de noticias y parodias, pero el negocio desaparece cuando "Despacito" saca una sonrisa a un niño enfermo. Ser testigo de la felicidad que transmiten esos pequeños, en algunos casos afectados por procesos tan crueles como el cáncer, me genera un sentimiento especial. Percibir que una letra es capaz de influenciar en el día de muchas personas es una sensación que aún no había experimentado.

¿Algo de leyenda urbana también se ha dado alrededor de una letra tan contagiosa?

Pero eso es algo que un creador no puede controlar. Uno escribe una canción para que la gente la cante, la baile y, si es posible, se adueñe de ella... Al margen del humor que quieran construir alrededor de "Despacito", lo único que importa es que una canción que nació en una habitación y una guitarra se ha convertido en un fenómeno internacional.

¿Qué sensaciones experimenta un artista al conquistar un mercado como el estadounidense?

Este no es un logro personal, sino en el que han participado muchas personas. De hecho, en la versión en español está Daddy Yankee y en la inglesa Justin Bieber... Ese es un gran termómetro para calibrar la trascendencia de lo que está pasando. Yo no sabía, por ejemplo, que ninguna canción en español había logrado posicionarse en el primer lugar en radio de la lista americana. Obviamente, eso sí ha ocurrido en la lista de canciones latinas, pero no en la general. Eso no lo logró ni el "Macarena", que sí estuvo en el número de ventas hace 21 años. Ser el disco más vendido durante nueve semanas no es fácil de asimilar.

¿Los niveles de presión aumentan después de experimentar un éxito de esta dimensión?

La presión o el miedo son palabras que no existen en mi vocabulario... Prefiero aprovechar el impulso que ha tomado mi carrera para seguir dándole buena música al público. Sé que estoy viviendo un momento histórico y mi intención es aprovecharlo al máximo: uno nunca sabe la evolución que tendrá una canción, pero mentiría si le cuento que un artista no sueña con experimentar las sensaciones que me está transmitiendo este tema. Como ya tengo el próximo disco grabado y sé lo que voy a ofrecer, la tranquilidad es plena. Hay algo especial a la vuelta de la esquina que va a tomar el relevo de todo lo bueno que me está ocurriendo con "Despacito".

¿Ser uno de los artistas más solicitados del verano le exige estar a un nivel muy alto?

El hecho de tener que enfrentarme a un público distinto en tan pocos días tampoco supone ninguna presión, pero sí el compromiso de cuidarme para dar el cien por cien de mí en cada actuación. Ahora estoy disfrutando la parte que más me gusta de este oficio: estar en un escenario no es un trabajo, es una pasión que hay que compartir para justificar todos los esfuerzos que vinieron antes.

¿Es la mejor recompensa?

Esa es la palabra que mejor lo puede definir... El aplauso de los espectadores es un sueño que se convierte en realidad. Ya hemos dado nueve conciertos de "Love + Dance World Tour" y, gracias a dios, el público y las críticas nos han tratado con cariño.

¿Espera un buen recibimiento en Canarias?

Allí siempre me sentí bienvenido y estoy ansioso por regresar al lugar donde comenzó todo... Sé que ya lo habrán leído en otras entrevistas, pero allí empezó todo: Tenerife fue la puerta que usé hace casi 20 años para entrar en Europa y eso es algo imposible de olvidar.

¿Algo se agita cuando percibe esa atracción atlántica?

No estoy obligado a quedar bien, pero cuando veo el itinerario de esta gran gira y aparecen tres enclaves canarios (Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma), uno se prepara para contrarrestar un montón de emociones. Nada de lo que está por venir podría ser hoy un sueño sin haber agotado la etapa más decisiva de toda mi carrera: el momento de venir a Europa.

¿Siente que está en uno de esos ciclos inspiratorios, quizás, en el punto más alto de su carrera?

No, no... Ante esa pregunta mi respuesta siempre va a ser un no: trabajo para que todos los días se conviertan en un motivo para festejar el instante en el que decidí meterme en este mundo. Nunca voy a decir que estoy viviendo el mejor momento de mi carrera. Esa no es una frase que esté dentro de mí... El mañana espera y, por lo tanto, quedan metas por conquistar. Pensar que este es el clímax o que no va a haber nada mejor que esto supondría aceptar una realidad con la que no me puedo conformar. Mejor momento no; momento histórico sí... Mis mejores canciones están por llegar y eso es la ilusión que mueve mi vida artística.

Antes comentó que ya tiene definido cómo será su próximo disco. ¿Será distinto a "Tierra firme" a "8", a "Despacito"?

Será un álbum en el que se apreciará una evolución con respecto a lo que he hecho hasta la fecha... Es un trabajo en el que hay algo que se puede identificar con "Despacito", pero en el que decidí apostar mi vertiente más romántica. Las evoluciones hay que manejarlas con cuidado para que no se pierdan cosas en el camino. Lo que nadie echará en falta son dos elementos que están presentes en esta gira: "Love + Dance".

Siguiendo sus "huellas" en las redes sociales, viendo la naturalidad con la que maneja su día a día y su reacción frente a todo lo que se ha originado en torno a su último gran éxito, ¿no debe ser fácil mantener los pies cerca del suelo?

Eso es algo que les tengo que agradecer a mis padres (silencio)... Ellos son los responsables de que siga pisando tierra firme: las lecciones de vida que me transmitieron impiden que yo tome decisiones que no siento. El éxito no ha sido capaz de mover ni un solo milímetro los valores que me han enseñado. Al revés, después de casi 20 años de carrera aprecio cada vez mejor todo lo que ocurre alrededor de mí. He aprendido a digerir muy despacito (sonríe) los pasos que di hasta llegar aquí. Mi prioridad siempre fue ser músico, no famoso... No es que no me guste que lo que hago tenga la mayor repercusión, pero eso no puede estar nunca por delante del amor que sigo teniendo por este oficio. La fama es la consecuencia de lo que hago, pero prefiero mantenerla en un segundo plano.

Se lo traslado sin ánimo de generar ninguna polémica, pero recientemente Pablo Milanés dijo que "Despacito" es una canción muy facilona; "un atraso para la música latina"...

Cuando uno hace música sale del corazón. Con aciertos y errores, esto es adictivo... Todos pueden dar una opinión, pero sin faltar el respecto al que lucha por cumplir un sueño. ¡Ahí no entro!

las cifras

12 millones de visualizaciones se contabilizaron en EEUU y Canadá en solo un día: Luis Fonsi ft Daddy Yankee están dominando las ventas de discos desde enero de 2017.

2,9 millones de "streamings" diarios (2.959.260 al día) fue la media en la que se movió "Despacito" en el primer mes de este año en Spotify.

967 millones de visionados en YouTube durante enero de 2017. Esa es la media en la que se movió el videoclip que está protagonizado por Zuleyka Rivera.

10 semanas seguidas fue líder de las listas de distribución de música latina que están bajo el control del Billboard.