En 1998 se estrenó "Very Bad Things", una comedia negra en la que un grupo de garrulos celebraba una salvaje despedida de soltero en Las Vegas con cadáver incluido. "Una noche fuera de control" no es otra cosa que la versión femenina del mismo argumento. Algunos llamarán a esto igualdad de género, yo lo llamo igualdad de estulticia. Las dos películas son igual de tontas.

Lucia Aniello, la realizadora, dice que el filme gravita sobre "la amistad y que se basa en muchas relaciones que he tenido, los sentimientos que tengo por ciertas personas de mi pasado". Sin embargo, el largometraje no pasa de ser otra comedia descerebrada "made in Hollywood" dirigida al público femenino que se quiera echar unas risotadas. No es nada nuevo, ya lo hizo recientemente Manuela Moreno con "Cómo sobrevivir a una despedida", con desacertado resultado. Menos mal que se recuperó después con la inteligente "Rumbos".

"Una noche fuera de control" resucita ese pequeño clásico de la comedia de finales de los 80 que fue "Este muerto está muy vivo". Al fiambre lo someten a todo tipo de perrerías: lo lanzan desde coches, lo sumergen en el mar, lo meten en cosas en las que no deberían haberlo metido... Algún freudiano podría ver en esto algo más que evidente. Scarlett Johansson hace tiempo que sucumbió a la chequera de Hollywood y ya no resulta extraño verla en este tipo de paparruchas. Ella y el resto de actrices han encarnado roles más interesantes que estos personajes tan simples. Estamos en verano, hace mucho calor, y este es el tipo de cine que nos espera.