El importante peso específico de Canarias en el panorama turístico mundial contrasta con un déficit casi crónico en lo que se refiere al desarrollo adecuado de productos turísticos culturales.

Quizá por sus inicios, en un momento óptimo de oportunidad histórica en el que la actividad turística se expandía por Europa, por la bondad de nuestro clima, el sol a raudales iluminando nuestros paisajes y la naturaleza suave de nuestras playas, el desarrollo turístico canario se ha producido sin que se generaran estrategias productivas sofisticadas.

En el siglo XXI, en pleno desarrollo de este fenómeno económico que ha sido el turismo, fuente de riqueza de muchas zonas del mundo, se hace necesario el estudio de cuáles son los elementos que fomentan el crecimiento de la demanda turística, especialmente en un segmento especifico, el del turismo cultural, que actualmente supone un 37% del total del turismo mundial.

El turismo constituye ya un pilar importante de la economía de muchas ciudades históricas. Algunas ciudades históricas españolas (Bilbao, Barcelona, San Sebastián...), han duplicado y modernizado su planta hotelera y de restauración durante la última década. Y en España en general los conjuntos históricos generan 22 veces más que lo que se invierte en rehabilitación.

¿Cómo convencer a los alcaldes de ciudades como Tacoronte, Puerto de la Cruz, Los Realejos, Granadilla, Buenavista o Santa Cruz, sobre que el turismo puede significar la revitalización funcional de sus centros históricos, y probablemente su única posibilidad de mejorar la economía y crear empleo?

Saber por qué la cultura atrae turistas con alto valor añadido y cambia la percepción de los lugares es algo que podemos conseguir en Tenerife si nos lo proponemos con rigor. Hay varias razones por las que invertir en cultura es un imperativo económico de las zonas turísticas: Puede mitigar las altas y bajas de otras industrias. Porque lo histórico es sostenible ya que conserva los recursos culturales, no consume recursos naturales y dinamiza la economía local. Porque la cultura es atractiva: Potencia la singularidad y está basada en la autenticidad, fomenta la originalidad de la interpretación del lugar y ofrece una experiencia de calidad.

La importancia de la correcta gestión turística de lugares históricos es clave. No todos los lugares y conjuntos históricos son iguales, ni se puede actuar en ellos de la misma manera. La gestión de cada uno de ellos ha de ser especialmente pensada y responder a sus características sociales, económicas, históricas. Cómo buscar el equilibro y compatibilidad entre ciudad histórica y ciudades de progreso y el turismo es el gran objetivo.

Los centros históricos ya son los lugares más simbólicos, apreciados, distintivos de las ciudades. Son los espacios que dotan a éstas de un carácter especial, y las hacen diferentes de las demás ciudades. Por ello tienen un valor educativo y pueden atraer el interés de viajeros y turistas.

¿Podemos crear en la isla de Tenerife nuevas ofertas de turismo cultura? Esa es una cuestión que se presta a un intenso debate. La creación de nuevas ofertas de turismo cultural no solo es posible en la isla, sino que tenemos ya excelentes contenidos culturales. Tenemos oportunidades claras, que están esperando por que alguien las haga realidad, como por ejemplo la oportunidad de la creación del Centro de Interpretación de la Batalla de Acentejo, en La Matanza, sobre la que el alcalde ya está trabajando, o la oportunidad de un nuevo entorno para el Espacio Cultural El Tanque, o la oportunidad de La Orotava convertida en Patrimonio de la Humanidad, cuya candidatura ya está en marcha. Pero para poder pasar de una buena idea y unos buenos contenidos culturales al negocio, porque el patrimonio puede ser rentable si lo gestionamos y dimensionamos económicamente bien, hace falta formación.