La simpática y cariñosa cantautora lanzaroteña Rosana Arbelo (Arrecife, 1963) sigue fiel a su filosofía de la vida, compartir sus vivencias y tratar de alegrar la vida a sus semejantes a través de sus canciones, llenas de poesía. Hoy, a partir de las 22:00 horas, tomará con su música, junto a su banda, la plaza de la Patrona de Canarias en Candelaria, que celebra sus fiestas patronales.

La intérprete conejera se presentará ante sus seguidores con su versión más rockera, batería, guitarra, teclado, bajo y ella con su guitarra. El repertorio que ofrecerá incluye un paseíllo por sus anteriores discos y el último registro, "En la memoria de la piel".

¿Qué significa este último disco en su producción. Dicen que es el más íntimo?

Hay quien dice que es íntimo porque lo grabé en mi casa, pero creo que hasta el día de hoy nunca había dicho algo así de un disco. "En la memoria de la piel" es el mejor disco que he hecho sin lugar a dudas. Es el que más fideliza con con quién soy en este momento y el que más refleja lo que pienso y lo que siento, con sonido de producción incluida. Quien escuche el disco sabe perfectamente dónde estoy, qué pienso y qué me pasa.

¿Y quién es en este momento?

Soy la misma desastre de siempre que cada vez disfruta infinitamente más con los conciertos y con la gente, y que está empeñada en recordarle a la gente que hay más cosas que nos unen que nos separan. Soy una persona que está viendo que hay demasiadas personas empeñadas en hablarnos de las cosas que nos dividen, que nos separan, que nos diferencian, y para mí es al revés. Creo que el ser humano en pelotas se parece bastante.

¿Hasta que punto está presente Canarias en sus canciones?

Al mil por mil. Es imposible que me olvide que soy canaria. Gran parte de mi familia está ahí, vive, sueña ahí... Canarias está presente al mil por mil, evidentemente con otro montón de espacios en los que vivo, toco y conozco, pero soy una canaria muy de esencia.

¿Ha incluido alguna vez un instrumento canario en su obra?

Sí, curiosamente en este último, hay un tema que se titula "Una hora menos", en el que está incluido el timple.

¿Cuál es la escala de valores que preside su existencia?

Lo primero es la parte humana, de la familia y los amigos, e incluso de los desconocidos. Para mí está primero el ser humano y a partir de ahí todo lo que genera. Me importan la honestidad, la perseverancia, la sonrisa de la gente. Lo principal es el ser humano y después la música.

¿Qué temas considera tabúes en sus composiciones?

No considero que haya nada tabú. Me gusta abordar todo lo que me pase, lo que me nazca de manera natural. Cuando me siento a componer nunca proceso con la cabeza. No me gusta pensar y escribir, me gusta sentir y escribir y después responsabilizarme de eso que acabo de poner en un papel. Cualquier cosa que me venga de la verdad, de lo que pienso, se puede quedar en el papel tranquilamente. No me preocupa desvestirme en una canción (...). Siempre voy a intentar que las canciones sean de corazón a corazón, como todas las cosas que me importan.

¿Cuál es su asignatura pendiente como cantante y compositora?

Supongo que será hacer mi mejor disco, mi mejor canción, mi mejor entrevista, no solo como cantante, sino como ser humano.

¿Cree que es una desventaja en este mundo actual ser sensible?

No es una desventaja para nada. A lo mejor es una desventaja que esa sensibilidad no te permita entrar en determinados juegos, pero no creo que sea una desventaja en absoluto.

¿Se considera una cantante positiva?

Me considero un ser humano optimista con los bajones de cualquier ser humano obviamente, pero sí me considero un ser optimista, hasta tal punto que tengo un amigo que siempre me dice: eres tan optimista que si un día te da un infarto pensarías que es una corazonada. (Ríe abiertamente).

¿Qué ha cambiado en Rosana desde aquellas "Lunas rotas" hasta la actualidad?

Soy lo mismo. Va pasando el tiempo, vas teniendo más canciones, vas compartiendo a través de ellas más emociones, más experiencias, más encuentros con la gente, pero esencialmente sigo siendo el mismo desastre de siempre. Sí hay una diferencia que he hecho oficial y es que si hay algo que me gusta más que la música eso es el ser humano. Eso es una gran verdad.

¿Qué ha perdido y qué ha ganado en ese período, además dejuventud y experiencia?

Lo que he perdido, la hora menos que tenemos ahí en Canarias, que me la han rellenado. Es difícil que mi gente me quiera ver tranquila (ríe). Cuando no estoy haciendo conciertos me meten entrevistas, o una foto para no se qué o el vídeo de la próxima canción. Esa forma tranquila de vida que tenemos en Canarias, tal vez eso sí lo he perdido. No, perdido no, me niego a perder algo. Creo que se ha ido mutando, se ha ido reconvirtiendo en otra cosa. Lo que he ganado es un montón de sonrisas de la gente por el mundo entero y eso no tiene precio.

¿Cual es el papel actual del cantautor (a)?

El de siempre (...) . Lo que pasa es que por algún motivo, durante algunas épocas, al cantautor se le asociaba con la protesta a través de la canción e intentaba que escucharan un montón de problemas, pero existieron otros que hablaban de otras cosas (...). El cantautor, como buen ser humano, es algo que está vivo y se va movilizando y compartiendo con la gente sus emociones y pensamientos en forma de canción.

Usted ha realizado numerosos duetos durante su carrera, incluso con Sting, ¿con quién le gustaría actuar?

Me encantaría hacerlo con Bruce Springsteen.