Los jardines ya no se visten únicamente con mobiliario creado para exteriores. Los profesionales apuestan por generar espacios en ellos con toda la majestuosidad que los muebles clásicos pueden dar. Teniendo muy claro que solo se colocarán para momentos puntuales, atrévete a sacar las mejores piezas.

Dividiéndolo en diferentes ambientes, aprovecha los muebles de tu salón. Por un lado, la zona de tertulia; por otro, la mesa que acoge a los comensales.

Para las conversaciones, el espacio se ambienta con un tresillo clásico, tal vez de medallones. A los lados, las mesas de apoyo, aunque nada tengan que ver unas con otras. El juego de tres mesitas, escondidas una bajo la otra, con marquetería, se coloca a la izquierda, mientras que a la derecha se sitúa un guaca que sirve como soporte de una caja antigua que en algún momento escondía los secretos de los caballeros. El romanticismo de la historia podría acompañarse con un centro floral de peonías empolvadas. Sin embargo, para romper con la delicadeza de una y otra pieza puedes apostar por un centro de mucha vegetación; las helechas como base principal, alguna "costilla de Adán" y para dar color las próteas. La pátina que envuelve a esta flor de alguna manera contrarresta con la forma más moderna.

Si la idea es recibir a varios invitados, buscaremos asientos para todos. Podemos mezclar sillas de brazos con mecedoras y butacas, incluso algún puf que de ser demasiado moderno podrá cubrirse con algún retal de las tapicerías más clásicas, tal vez Toile de Jouy.

Algunas cajas de almacenamiento, hechas de madera, mostrarán la tapa hacia arriba y acogen arreglos con todo tipo de hojas de estilo tropical así como los elegantes sombreros Panamá. Define el centro con una gran alfombra, quizás persa, antiquísima en tonos oro y lacre que embellezca el mueble central, si conseguimos que sea una mesa redonda aún mejor. A la hora de decorarla, pon porcelanas, libros y marcos de fotos, todo aquello que evoque a otras épocas.

Si la intención es que se dé una tarde sosegada, apuesta por crear una zona de bar, donde las botellas de cristal de bohemia contengan los licores más curiosos, alguno de elaboración casera. Para proteger la madera del mueble, si está tallado aún mejor, pon un camino de mesa adamascado tal vez en azul Prusia. Al lado sitúa un carrito de ruedas amplias y cubos de latón donde se encuentran los aperitivos, están cerca pero no se mezclan con las otras bebidas más exclusivas.

La mesa para los comensales, hecha con un tablero tosco, que parezca que casi está sin lijar, dará dinamismo a la zona del salón. Siguiendo la línea, los bajoplatos serán rústicos, se perderán casi con el tablero y además evitaremos poner mantel. Los centros de mesa ricos en yedras con frutas de temporada, piñas, sandías, guayabas? o naranjas y limones que siempre son un acierto. Vajillas atrevidas y combinadas, siguiendo la gama cromática de las frutas elegidas, darán la nota pero no romperán la armonía. En esta ocasión, las servilletas, cristalerías y cuberterías serán poco protagonistas.

Aprovecha y este verano disfruta de los muebles de tu salón también en la terraza o el jardín.