La veterana banda estadounidense Aerosmith, con un repertorio de sus mayores clásicos en casi 50 años de carrera, inundó hoy de rock pesado el Rock in Río, el mayor festival musical de América Latina y que en sus tres primeras noches de la nueva edición en Río de Janeiro había abusado del pop.

"Los chicos malos de Boston", la mayor atracción en la cuarta de las siete jornadas del Rock in Río este año, extasiaron a los cerca de 100.000 espectadores que, en su mayoría vestidos de negro y usando camisetas de diferentes bandas icónicas de rock pesado, inundaron desde temprano la Ciudad del Rock.

El grupo, del que hoy actuaron este jueves tres de sus fundadores, el cantante Steven Tyler, el guitarrista Joe Perry y el bajo Tom Hamilton, deleitó a los cariocas con las canciones incluidas en la gira "Aero-Vederci Baby", que realiza actualmente por Sudamérica y viene siendo presentada como la última de la banda.

Aerosmith repitió en Río el mismo repertorio de sus conciertos en Quito y Belo Horizonte, comenzando con clásicos como "Let the music do the talk", "Love in an elevator" y "Cryin", pasando por "I don''t want to miss a thing" y "Crazy", y concluyendo con "Dream On" y "Walk this way".

Pese a que en el concierto de cerca de hora y media sólo fueron interpretadas canciones compuestas antes del año 2000, el público supo seguirlas todo el tiempo.

Otra banda incombustible que encendió hoy los ánimos en esta ciudad brasileña fue la inglesa Def Leppard, que finalmente apareció en el Rock in Río tras haber desistido de participar en el festival de 1985 por estar grabando un disco.

El quinteto inglés, uno de las más admirados por los aficionados del heavy metal por los clásicos de los álbumes Pyromania (1983) e Hysteria (1987), contó con un animado guitarrista Phil Collen que, a sus 60 años, salió al escenario sin camisa y no paró de moverse en ningún momento.

En el repertorio no pudieron faltar los mayores éxitos del grupo como "Hysteria", "Sugar", "Rock of Ages" y "Photograph".

En una noche con dos grupos clásicos, uno de los mayores espectáculos fue la presentación del veterano Alice Cooper como director de su circo de horrores, con sus trucos, su escenografía terrorífica y su maquillaje pesado.

La presentación de este dinosaurio del rock en Río de Janeiro fue inédita mundialmente debido a que en las últimas canciones se sumaron a los músicos el inglés Arthur Brown, uno de los pioneros en este tipo de espectáculo de horrores, y Joe Perri, de Aerosmith.

Cooper escenificó ante el público en el Palco Sunset, el segundo mayor escenario del Rock in Río, el momento en que apuñala a una mujer, cuando pierde la cabeza en una guillotina y su transformación en un gigantesco Frankestein.

La banda estadounidense Fall Out Boy, uno de los grupos más premiados de la nueva generación del rock pesado, trajo a Río de Janeiro el concierto que viene ofreciendo como parte de su gira "American Beauty/ American Psycho".

La banda de pop punk de Illinois inició su presentación con conocidas canciones como "Sugar", "Irresistible" y "Phoenix", con lo que consiguió una rápida identificación con el público y que los espectadores los corearan.

Y fueron de menos a más con un arreglo propio de "Dance, dance", "Immortals", "Big hero 6" y su versión emo de "Beat it" de Michael Jackson.

La apertura de los conciertos en el Palco Mundo, el principal escenario, le correspondió a la joven banda brasileña Scalene, que, pese a su gran responsabilidad como telonero de Aerosmith, puso a saltar al público con guitarras estridentes y una enérgica batería.

La banda surgida en circuitos alternativos de Brasilia, que el año pasado obtuvo un Grammy Latino al mejor disco de rock en lengua portuguesa en 2016, inició su presentación con canciones de sus dos primeros discos, como Histeria, Náufrago y Sublimaçao, que ya son conocidas por el público brasileño, lo que le permitió mantener animados a los espectadores desde el comienzo.

La jornada de este jueves, con bandas más identificadas con el rock pesado y el heavy metal, fue un choque tras tres noches de rock muy suave el pasado fin de semana en Río y en el que las principales atracciones fueron grandes ídolos del pop como Justin Timberlake, Fergie y Shawn Mendes, representantes del soul como Alicia Keys y bandas de pop rock como Maroon 5 y Pet Shop Boys.

La de 2017 es la décimo séptima edición del Rock in Río y la séptima en Río de Janeiro, en donde el evento nació en 1985, antes de comenzar a turnarse con ciudades como Madrid (tres ediciones), Lisboa (seis) y Las Vegas (una).

Los organizadores montaron este año su "Ciudad del Rock" en un espacio de 300.000 metros cuadrados del Parque Olímpico de Río de Janeiro que convirtieron en un verdadero parque de diversiones.