Cuando Juan Habichuela Nieto era niño la guitarra era su "playstation" y ahora es "como una droga". Pertenecer a una de las dinastías más longevas del flamenco, dice, ha marcado sus "vivencias" y su nuevo disco, que sale hoy con una rumba dedicada a Paco de Lucía y un tema grabado junto a su abuelo.

Nacido como Juan Torres Fajardo, su nombre artístico es el que habla de sus raíces, ya que alude a la quinta saga de una generación de flamencos que arrancó con Habichuela el Viejo, que siguió con su abuelo Juan Habichuela (fallecido el pasado año) y que ahora representan, junto a él, Pepe Habichuela, Juan Carmona y Josemi Carmona.

"Mi primera guitarra la agarré con 5 o 6 años, pero la cogí en serio a los 12 después de lesionarme jugando al fútbol porque tuve que estar un tiempo en casa. Mi madre me la dio como aquel al que le dan una ''gameboy'' así que la guitarra fue mi ''playstation''", revela riéndose el músico (Granada, 1989).

Desde entonces, asegura que ese instrumento y él son "inseparables" y tiene claro que nacer en una familia como la suya, en la que el flamenco es su idioma, es lo que ha provocado que ahora la guitarra sea para él "como una droga" porque no puede "dejar de tocarla".

También le permitió estar en contacto desde muy pequeño con otros artistas que han marcado su pasado y su presente. Esas "vivencias" son las que, explica, ha querido "llevar a la guitarra" a través del disco "Sentimientos de mi ser", que ve la luz tres años después de "Mi alma a solas", su primer álbum.

En este nuevo trabajo, "más maduro", incluye "una rumbita" con la que quería "darle un abrazo musical a Paco de Lucía", no solo por considerarlo un referente, sino porque detrás de esa canción titulada "Con nuestro corazón a Paco de Lucía" hay una anécdota que recuerda con viveza.

"Toqué un fragmento de la rumba delante de él y me dijo: ''oye es bonita la melodía esa, trabájala un poquito más''. Yo no le eché cuentas a ese fragmento, pero cuando me enteré de la pérdida de Paco recordé sus palabras y llamé a Jorge Pardo y a Carles Benavent, que eran sus músicos".

También hay en el disco un tema con el que se "emociona mucho" porque la base es, señala, "un pedacito de granaína" que grabó junto a su abuelo en el año 2008 dentro de "una cuevecita de ''Graná''", la ciudad natal de la dinastía.

"Un día me puse a mirar temas, lo encontré en un disco duro y me emocioné mucho porque ya mi abuelo no estaba. Fue duro grabarlo y no pude mezclarlo ni masterizarlo", relata el guitarrista, que presentará mañana su disco en el Café Berlín de Madrid y el 13 de octubre en el Dade County Auditorium de Miami (Estados Unidos).

Días después y antes de volver a España para ofrecer "unos cuarenta conciertos" también hará parada en Nueva York, una ciudad que tiene un significado especial para el granadino porque, cuando tenía solo 15 años, el cantaor Enrique Morente -su paisano- le invitó a acompañarle en su gira por América.

"Estaba estudiando en mi balcón, pasó Enrique y le dijo a mi padre: ''me lo quiero llevar para Nueva york''", recuerda el nieto de Juan Habichuela, que asegura que pasó "un miedo terrible" por estar lejos de su casa y ver tanta gente desde el escenario.

A partir de ahí, dice, fueron "muchos años de aprendizaje" junto a alguien al que consideró siempre "un genio" del flamenco: "Tener a Enrique Morente como amigo, como maestro, como capitán de mi velero fue para mí muy importante", concluye.