Uu cazador de olas, más que un marinista. Así se definió una vez el artista tinerfeño Jorge Hodgson Lecuona (Santa Cruz de Tenerife, 1915-1998), a quien el Casino de Tenerife le dedica una exposición-homenaje. La muestra, comisariada por Patricia Hodgson, hija del pintor, está integrada por una selección de cincuenta y cuatro obras, de diversos formatos y temáticas, que reflejan en parte la trayectoria plástica de este marino, militar y profesor mercantil.

Óleos sobre lienzo y madera es la técnica que utilizó Hodgson para materializar sus marinas, su especialidad, además de retratos, singulares bodegones, flores y algunas figuras que el propio autor definió como impresionismo abstracto. "Fue una época en la que dejó los pinceles y empezó a trabajar con la espátula, que le permitió dejar el dibujo", comentó Patricia Hodgson.

También precisó que a "él le gustaba la marina, porque fue marino, sobre todo las de alta mar, aunque podía hacer de todo, como un Cristo, retratos, flores o bodegones de frutas o con elementos flotando como un huevo o vasos...".

La pintura de este chicharrero es de corte figurativo, aunque algunas piezas pueden rozar un poco la abstracción, como la de formato grande que tituló "Argonautas" (1962), con cierto aire daliniano, que evocan dos figuras creadas a partir de la unión de varios musculosos cuerpos desnudos. También se inscriben en esta onda otras como "Gallo de pelea" (1962) o "Bailarín" (1963).

Hodgson tenía grabadas en su mente las singladuras que vivió por todos los mares del mundo durante su época de marino, muchos de cuyos recuerdos plasmó en sus valiosas marinas, uno de los géneros en los que legó magníficas obras, sobre todo las que realizó sobre alta mar.

A pesar de que en algunos de sus cuadros incluyó alguna fragata, o incluso algún submarino ("Maniobras navales"), en la mayoría no se percibe la presencia humana, sino que las protagonistas son las olas rompientes en alta mar, en medio de una tempestad tenebrosa, aunque en varias de ellas se puede vislumbrar la cima del Teide en la lejanía. La crítica en su época lo calificó como uno de los mejores marinistas de Canarias junto a Manuel López Ruiz.

Estas pinturas tienen mucho movimiento, una vida originada por un oleaje impresionante que crea una atmósfera en la que se puede percibir la fuerza del viento. Toda una gama de azules intensos, blancos y tonalidades verdes casi amarillentas visten estos óleos cargados de sentimientos y recuerdos. El mismísimo Mariano Cossío le enseñó a Hodgson en sus clases a buscar el color para cada momento pictórico.

También destacan los retratos clásicos que hizo de diversos personajes, además de otros con un carácter más "vanguardista", más estilizados y con las caras ladeadas.

La muestra acoge también dos vitrinas con fotografías y recuerdos del pintor, además de algunas obras primerizas que realizó con tan solo nueve años, varios dibujos a plumilla y tinta china en los que ya se vislumbraban sus dotes artísticas.