Cuando Juan Cruz Ruiz decidió utilizar el término "desintoxicar" era plenamente consciente del lío en el que se acababa de meter. En el epicentro del salón de actos del Espacio Cultural CajaCanarias de esta capital le esperaban el periodista gallego Manuel Rivas y el filólogo italiano Nuccio Ordine. Ambos escritores. Dos seres reflexivos que abordaron el debate que les trajo al ciclo "La Condición Humana" del Otoño Cultural desde diferentes planos. El calabrés optó por la pasión y acunó cada una de sus frases con un movimiento acompasado de brazos que dejó al descubierto su oficio de docente. El coruñés, por su papel, se mostró más analítico y pausado. A partir de ese equilibrio maduró un diálogo a tres bandas en el que no se habló de banalidades. "Lo banal es lo que impide que existan las preguntas y, por lo tanto, hace totalmente imposible que haya respuestas", dijo el periodista y escritor portuense segundos antes de que uno de sus invitados se disculpara por expresarse en su idioma materno. "Tengo miedo de asesinar a una lengua que amo", acotó el autor del libro "La utilidad de lo inútil" (Acantilado) en la línea de salida de un intercambio de ideas que fabricó una escenografía compartida por Rivas y Ordine. Y es que tanto Nuccio como Manuel confesaron a los asistentes que habían crecido en unas casas en las que "no había libros".

"Manolo es un ser comprometido con la palabra", dijo el Premio Canarias de Literatura 2000 cuando presentó al amigo con el que ha compartido la aventura de la edición y el ejercicio del periodismo. Rivas abrió su catálogo para hacer desfilar secuencias literarias por las que transitaron un sinfín de autores. Todos homenajeados con ejemplos que pellizcaron el alma de un público -el aforo se cubrió en sus tres cuartas partes- que contuvo la respiración cuando recordó a un amigo del instituto que se ganaba la vida como vendedor de enciclopedias o los días en los que planificó en compañía de los suyos regalarle un libro a su madre -coincidiendo con la festividad del Carmen- que se titulaba Cinco mil años de historia. "Era un libro gordo y asequible", bromeó sobre el precio que pagaron antes de cambiar el gesto de su cara para rescatar una cruel historia ocurrida en un campo de concentración nazi en la que todo el miedo se concentraba en una pregunta corta, directa y sencilla. "¿Por qué?".

Ordine, que también tiró de una selecta nómina de autores para reforzar sus comentarios, centró la primera parte de su intervención en el papel que deben jugar las universidades. "Estamos creando a los titulados que necesitan las empresas sin pensar que lo más importante es formar personas", censuró en una de sus apariciones. Profesor de Literatura en la Universidad de Calabria, estudioso del Renacimiento y experto en el pensamiento de Giordano Bruno, Nuccio aprovechó la introducción de Cruz Ruiz -el colaborador de EL DÍA aseguró que este era un hombre "robado" a una ola del Mediterráneo- para incidir en la tesis de que "hoy más que nunca hay que pensar en la desintoxicación de la escuela y la universidad. En ese sentido, a mí me gustaría reivindicar la figura del profesor: esa persona que ejerce una influencia sobre este y lo pone en el camino correcto para seguir evolucionando como ser humano... A los maestros los han convertido en burócratas -criticó por las horas que pasan rellenando informes-; deben volver a apasionar a los estudiantes", recomendó. Su elegante ironía rozó los niveles más elevados cuando entró de lleno en cómo se decide si un alumno debe tomar el camino de las matemáticas, la filosofía o la física. "A este paso habrá que hacerles un análisis de ADN para ver en qué campo puede ser más rentable un titulado universitario: ¿A los bancos o a un grupo empresarial?".

La carta que Albert Camus escribió horas después de ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura al maestro que le enseñó a amar los libros fue el enlace del que se sirvió Nuccio Ordine para justificar que "los buenos docentes pueden cambiar la vida de un alumno... Al final nos sentimos más cercanos a aquellas disciplinas que hemos aprendido a partir de la pasión que nos ha transmitido un profesor", remarcó en un análisis al que puso un final demoledor. "Las escuelas, las universidades y muchos profesionales de la enseñanza están cometiendo un crimen con unos jóvenes a los que solo les interesa acceder a un título".

Rivas no se despidió sin mostrar sus preferencias ante los constantes avances tecnológicos que envuelven a esta sociedad. "No soy apocalíptico ni tampoco contrario a las máquinas, pero yo me quedo con el libro en su versión tradicional", confesó elevando un ejemplar de pequeño formato que sacó de su maleta con la mano derecha. El autor de La lengua de las mariposas -un título al que se recurrió en varias oportunidades para determinar el valor que tienen las palabras en una edad temprana-, se mostró convencido al cien por cien de uno de los principios que mueven a su yo literario: "La tarea humana consiste en dejar a otros lugares para ser ocupados por la emoción, la memoria, la razón...".

Nuccio Ordine

Filólogo y escritor

Manuel

Rivas

Periodista y escritor