Más de un centenar de obras que conforman el catálogo oficial del Museo Egipcio de Barcelona se pueden ver en el Espacio Cultural CajaCanarias de la capital tinerfeña hasta el próximo 27 de enero de 2018. "Egipto. En busca de la eternidad" es el título de una exposición que aborda aspectos básicos de una civilización única: el liderazgo indiscutible del faraón, la escritura jeroglífica, joyas, instrumentos musicales, objetos relacionados con la cosmética y la medicina, armas, herramientas, vasos de piedras, cerámica o fayenza se exhiben en una colección que está comisariada por Lluís Gonzálvez. "Es imposible resistirse a Egipto", cuenta el egiptólogo catalán sobre un proyecto que, además, muestra a los visitantes una serie fotográfica titulada "Tutankhamón, imágenes de un tesoro bajo el desierto egipcio".

¿No debe ser fácil montar una exposición que abarque un periodo cronólogico tan amplio?

Si conoces algo el tema y sabes lo que quieres mostrar se hace más fácil... Calibrar al público a la que va dirigida una exposición ayuda a solucionar esos "problemas" de base. La estructura de esta muestra es parecida al esquema de la colección permanente que tenemos en el Museo Egipcio de Barcelona: existe un recorrido temático que permite ver los objetos tal y como los hemos ordenado aquí. La única diferencia es que en cada uno de los ámbitos que se tocan en este proyecto expositivo hay menos piezas de las que conforman toda la propuesta de la Fundación Arqueológica Clos.

¿Cómo explica un egiptólogo el gran magnetismo que sigue generando esta civilización en una parte importante de la sociedad?

No queda más remedio que considerarlo como un elemento más del interés que demuestra el ser humano por conocer cuestiones definitorias y comunes. Uno barre para casa, pero el interés por saber algo más sobre Egipto es natural porque se trata un periodo de la historia que no pasa desapercibido. No es que quiera presumir de un mundo que se define por sí solo, pero nunca me crucé con alguien que expresara una sensación de sorpresa o ignorancia por Egipto: siempre hay alguien que puede saber más o menos sobre el tema, pero el punto de partida está claro. Egipto es un tema universal cuyo gran mérito hay que atribuir a los componentes de una civilización que supieron dar con las claves para que el mundo siguiera hablando de ellos muchos años después de su desaparición. Eso es algo que ya hicieron griegos y romanos. Si lo trascendental es que los demás hablen de ti, sin importar si lo hacen bien o mal, los egipcios se garantizaron su eternidad a través de la palabra. Eso sí, una parte de su relevancia mundial se la deben a la comunidad científica.

El mundo antiguo básicamente pivota alrededor de tres grandes ejes del conocimiento: Egipto, Grecia y Roma. ¿El amante de la civilización egipcia puede "coquetear" con griegos o romanos?

Los egiptólogos solemos decir que el Egipto faraónico acaba con la llegada de Alejandro el Grande. A partir de ese instante se formó un reino de origen macedónico y griego y, posteriormente, se dio la época ptolemaica, que además fue el periodo de Egipto más duradero de toda su historia: una dinastía extranjera que se mantuvo en el poder durante casi 280 años y que fue culminada por la célebre Cleopatra VII. Luego, Egipto paso a formar parte del Imperio Romano. Primero, como posesión personal del emperador y más tarde integrado plenamente en el régimen imperial. A pesar de que los más puristas remarcamos que Egipto se acaba con la entrada de Alejandro el Grande, lo cierto es que después de ese hecho se dieron siete u ocho siglos de funcionamiento en el que se conservaron muchos aspectos culturales de esta civilización. Otra cosa es que al especialista en Grecia y Roma busquen esos vínculos culturales, geográficos, históricos con el final del Egipto de los faraones.

Egipto no cabe duda de que es un mundo misterioso -esta misma semana se hizo pública una información muy relevante sobre la pirámide de Keops-, ¿pero quedan muchos secretos por descubrir?

Siempre surge la pregunta sobre qué grandes tumbas quedan por descubrir... El listado de las cámaras secretas de los faraones más destacados está revisado en un porcentaje elevado. De hecho, un buen número de ellas se encontraron completamente saqueadas. Tutankhamón es más conocido hoy por su tumba que por lo que aportan las fuentes históricas. Nadie puede decir que no exista uno de estos faraones desconocidos cuya tumba esté todavía por localizar, pero el Egipto más misterioso se ha revisado bien. Recientemente se han descubierto varias tumbas de reyes que fueron saqueadas y reutilizadas con otros fines. No hay que descartar que quede algún que otro rey oscuro como Tutankhamón, pero es difícil porque este gobernante fue el que puso fin a un ciclo de caos y de inestabilidad en el que se quisieron cambiar un buen número de aspectos troncales de la civilización faraónica. Él poco pudo hacer, porque era joven, pero las personas que lo rodeaban se encargaron de devolver a Egipto a la normalidad. De vez en cuando aparecen en las noticias nuevos datos sobre la tumba de Alejandro Magno, que las fuentes clásicas ubican en Alejandría, y se habla también de la tumba de Cleopatra. Estamos hablando ya de un Egipto crepuscular, pero no deja de ser una empresa científica tremendamente valiosa poder hallar esos dos enterramientos. Ese es un mundo menos faraónico que el anterior, pero tremendamente sugerente para los especialistas.

¿El apartado que se le dedica a Tutankhamón en esta muestra está más vinculado con ese periodo de inestabilidad que es el principio del fin, o el arranque de un gran movimiento arqueológico?

Más con la segunda idea que con la primera (silencio)... En la narración del descubrimiento, o para ser más exactos con los trabajos que se llevaron a cabo en el interior de la tumba, cuyos orígenes se remontan a 1994 y en la que se exponen aspectos que rodearon a la mayor aventura que ha tenido lugar hasta la fecha en la historia de la arqueología. Además, la tumba de Tutankhamón, y más concretamente Tutankhamón, son dos hechos relevantes que contribuyeron más que nadie en reforzar el subtítulo de esta exposición: "En busca de la eternidad". De hecho, eso se consigue gracias a que una parte importante de la humanidad continúe hablando y, sobre todo, teniendo consciencia de la existencia de una cultura tan valiosa como la faraónica. Egipto perdura en el tiempo por sus misterios y por el boca a boca. Es un homenaje. Se habla mucho de la maldición de Tutankhamón, pero la realidad es que hay que hablar de una auténtica bendición por todo el interés que suscita.

¿Qué ocurre en su interior en el momento que aparece una película o una novela en la que se falsea, o no se muestra con exactitud, una parte de la historia de Egipto?

Si hoy existe una falta de rigor en los datos de una manifestación que se acaba de producir no nos podemos quejar porque alguien interprete erróneamente un dato que se produjo hace cinco mil años. Querer jugar con la imaginación de los espectadores o lectores es aceptable siempre y cuando uno sea consciente de que se trata de un juego... Lo otro, someter a un análisis profundo un hecho o un documento, supone establecer un campo para la investigación que se escapa de las leyes de la ficción. Elucubrar es algo innato del ser humano, pero hay que saber distinguir qué parte es real y cómo lo han adornado para atraer la atención de una audiencia... Nuestro papel a la hora de realizar cualquier crítica es marcar lo que es correcto y lo que se considera barra libre. En cuanto se sobrepasen esos límites cada uno es libre de pensar lo que quiera o lo que pueda.

¿Hasta qué punto han condicionado las campañas arqueológicas que se llevan a cabo en Egipto la inestabilidad originada hace casi siete años con la primavera árabe?

Eso va por épocas... Está claro que ese tipo de revoluciones no ayudan, pero trabajar en Egipto no hay que verlo como una situación de riesgo extremo. Aquí, por ejemplo, sería mucho más caro trabajar por el simple hecho de que un obrero en España cobra veinte veces más que uno de allí. Desde el punto de vista institucional las misiones siguen funcionando en unas condiciones muy parecidas al periodo anterior a ese hecho del que habla. Desde el punto de vista científico no se aprecian cambios, pero sí en materia de seguridad.

¿La falta de seguridad puede ser un inconveniente para el futuro?

No debería serlo. Para afrontar una misión hay que obtener dos permisos: uno científico y otro de seguridad. El primero no suele dar problemas si te ciñes a los compromisos que adquieres cuando decides afrontar una campaña. El segundo lo concede el ministerio de interior y es verdad que en los últimos tiempos el tema de seguridad es el más voluble y suele dar algún que otro problema... Todo depende del lugar en el que quieras trabajar: hay zonas en las que estás más expuesto a que pueda ocurrir algo inesperado.