Guitarra y voz para un concierto amable, cercano, lúcido... redondo. Coque Malla se pasea en este flanco de 2017 por alguno de los principales teatros de España con un espectáculo certero y desprovisto de todo maquillaje e intenciones grandilocuentes. Y funciona; su público se lo agradece. Simplemente música para oídos amables... y así todo es más sencillo.

Como sucedió el pasado sábado en el Auditorio Teobaldo Power de La Orotava, dentro de la programación del Festival de Cortos Villa de La Orotava. Armado con su guitarra y un sencillo juego de luces, el músico madrileño armó un repertorio reconocible, de esos que en los que se corean estribillos, de esos que hacen sentir al público como en su propia casa.

Así, sin el apoyo de una banda a sus espaldas, la vida del músico es mucho más transparente, más cercana; casi con alma de cantautor antes que rockero. En La Orotava estuvo algo más de una hora y cuarto contando historias a través de canciones como "Berlín", "Santo, Santo", "Lo intenta", "La carta", "No puedo vivir sin ti"... a cada cual más reconocible; incluso con algún acercamiento a los míticos Los Ronaldos... y así todo es más sencillo.

La buena música que arrastra adeptos, que después de tantos años es capaz de estructurar conciertos casi sin fisuras, sin astillas; ya lo dijo el propio Coque Malla antes de esta nueva actuación en Tenerife, "con esta gira tenemos la sensación de haber logrado un espectáculo perfecto, no sobra una canción, disfrutamos cada instante"... e imagínense, si como aderezo inesperado, interpreta una versión del "Pedro Navaja" de Rubén Blandes.