Naomi Kawase (Nara, Japón, 1969) propone una poética reflexión sobre el cine en "Hacia la luz", su último largometraje, que llega este fin de semana a la cartelera. "El cine me ha permitido ser yo misma", ha señalado la directora en una entrevista.

Reconocida en festivales internacionales gracias a títulos como "El bosque del luto" (2007) o "Aguas tranquilas" (2014), Kawase se hizo más accesible con su anterior filme, "Una pastelería en Tokio", aunque ahora vuelve a su estilo habitual, más indirecto y sugerente.

"Hacia la luz" reflexiona sobre el poder de las palabras, las imágenes y la imaginación a través de la relación entre una redactora de descripciones auditivas de películas para sordos (Ayame Misaki) y un reconocido fotógrafo que está perdiendo la visión (Masatoshi Nagase).

PREGUNTA.- La protagonista del filme, Misako, encuentra en el cine una vía de escape, de sentirse bien. ¿Qué significó para usted descubrir la posibilidad de hacer películas?

RESPUESTA.- La posibilidad de tener mi propia identidad y de canalizar mis inquietudes creativas. Siempre tuve la necesidad de crear cosas, pero no sabía muy bien cómo. Me hubiese gustado dibujar, después encontré la fotografía y por último el cine. El cine me hizo ser yo misma.

P.- Su película habla de lo difícil que puede ser encontrar el equilibrio entre palabras y silencios para comunicar algo. ¿Es usted muy estricta en la fidelidad al guion a la hora de rodar?

R.- Me gusta dejar al espectador que piense y reflexione, concederle un espacio para su creación. Creo que esto se consigue de muchas maneras, pero una de ellas es permitir una parte de improvisación a los actores, dejarles crear y aportar a su personaje.

P.- ¿Cómo describiría la relación entre Misako y Nakamori en la película? ¿Cree que las relaciones son más interesantes cuando parten de un rechazo inicial?

R.- No necesariamente. Aunque Misako y Nakamori parecen tener valores opuestos y se repelen, son dos seres que en el fondo tienen muchas cosas en común. Su relación real nace al sumergirse en la profundidad de cada uno. Y es en esa profundidad donde el poder del cine los hace apegarse.

P.- Una de las frases más emotivas de la película dice: "Nada es más hermoso que lo que desaparece justo delante de nuestros ojos". ¿Está de acuerdo con ella?

R.- Las cosas que no vemos, que nos hacen dudar, que no sabemos lo que son... El viento, la luz... tienen algo dentro, y ese algo es lo que quiero encontrar y expresar en mis películas. Esa es la esencia de mis películas.

P.- En la película también vemos lo difícil que puede ser aceptar las críticas, cuando Misako oye lo que el resto dice sobre su trabajo. ¿Cómo maneja usted las críticas?

R.- Siempre es interesante ver como se perciben mis películas y cómo se interpretan.

P.- El personaje y el drama de Nakamori recuerdan a la Helen Keller de "El milagro de Ana Sullivan". Ella decía que "cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero con frecuencia nos quedamos mirando la puerta cerrada y no vemos la que se abre". ¿Ha sido una influencia para usted?

R.- No sabría decirlo. Por muchas películas que veas, no te asegura nada. Hago cine como una necesidad personal de expresarme y una vez hecho deja de pertenecerme y pasa a pertenecer al público.

P.- ¿Tiene "Hacia la luz" alguna relación con "Vision", su próximo proyecto? ¿Porqué ha elegido a Juliette Binoche como protagonista?

R.- Tienen en común la presencia de la naturaleza como casi un personaje más y el paso del tiempo. Juliette Binoche es una actriz fantástica con la que tuve conexión desde el primer momento.