El mito de Electra viaja desde Grecia a la "España popular, profunda y costumbrista" de las primeras décadas del siglo XX para impregnarse de "una gran dosis de flamenco y danza española bajo un prisma muy vanguardista" gracias al Ballet Nacional de España (BNE).

Este espectáculo, que nace con la aspiración de viajar por el mundo y que estará del 9 al 23 de diciembre en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, es la primera obra argumental de la compañía bajo la dirección de Antonio Najarro, y está dirigida y coreografiada por Antonio Ruz en colaboración con Olga Pericet.

Precisamente la teatralidad que se ha impreso a esta producción multiplica la expresión de los bailarines, hasta el punto de que Najarro ha asegurado que Ruz ha dado de él "registros que desconocía totalmente".

"Electra tiene un latido teatral y una sensibilidad muy grandes, todos sus elementos están absolutamente justificados. Es lo que necesitaba el Ballet Nacional, y más en este especial momento", ha añadido.

Ruz se enamoró del personaje griego porque su matricidio le remitió a los "crímenes familiares" de Puerto Hurraco o de Cuenca, porque en la versión de Eurípides vivía en un ámbito rural que le conectó con sus "raíces" de familia cordobesa ligada a la agricultura y por "una belleza estética y un magnetismo que tenían que ser contados a través de la danza".

Por eso decidió llevarla a la cultura popular, a la danza española y al flamenco, combinación que ha supuesto un reto técnico desde el punto de vista musical, ha confesado Manuel Coves, su responsable y director de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, "un grupo de 60-70 personas que tiene que sentir el pellizco del flamenco y transmitir la naturalidad de la música popular" al público.

De la dramaturgia y las letras se ha encargado el jiennense Alberto Conejero, porque "le encanta la danza y el flamenco, ha vivido en Grecia y conoce la tragedia como pocos y por eso era perfecto para crear una Electra muy mediterránea", ha asegurado Ruz.

Así, con todas las partes implicadas trabajando de forma conjunta desde el inicio del proyecto, nace esta "Electra" que "rompe barreras estilísticas y se expresa en varios lenguajes", que respira cultura popular y contemporaneidad y vanguardia, "que es un gran valor para estar en cualquier teatro del mundo", subrayaba el coreógrafo y director.

Con una escenografía diseñada por Paco Azorín "muy limpia y abstracta" y un vestuario "elegante, con reminiscencias del folclore estilizado" que firma Rosa García Andújar, "no se trata de una megaproducción para lucirse, pero no está concebida para nacer y morir aquí, sino para que tenga vida y viaje".

"Un nuevo reto para el Ballet Nacional de España y para todos sus artistas, un desafío con el que pretendo que los bailarines y los músicos amplíen y enriquezcan sus conocimientos, porque quiero que la compañía continúe siendo un reflejo de la excelencia de nuestra danza", ha apostillado Najarro sobre esta obra que "da vida al mito clásico de Electra con una visión original y contemporánea inspirada en nuestro imaginario popular".

Por ello termina con un bulería e incluye más piezas flamencas, que han corrido a cargo de Olga Pericet en una experiencia "muy gratificante". "Es una locura creativa en la que se ha sabido muy bien dónde pisar. Hacía falta un paso de valentía para irse hacia ese otro lugar necesario por lo que está pasando hoy en la danza, aunque se vea tradición por todos los lados", ha opinado.

Además de "Electra", el BNE ha presentado hoy una gala homenaje a Mariemma, una de las figuras imprescindibles del baile español, de cuyo nacimiento se ha cumplido un siglo este año.

Su homenaje subirá al escenario del Teatro de la Zarzuela el 19 de diciembre, con la participación del Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila y la recuperación, a cargo del Ballet Nacional, de "Danza y Tronío", coreografía que la artista creó para la compañía estatal sobre músicas del siglo XVIII de Luigi Boccherini y del Padre Antonio Soler.