Con la obra "El oso, el tigre y el dragón", Andrés Pascual y Ecequiel Barricart lograron el II Premio Urano de Crecimiento Personal y Salud Natural, un galardón que en el caso del primero se suma al premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio, en su XV edición, que le fue concedido por su libro "Taj".

El autor nacido en Logroño presentará hoy, jueves, a partir de las 19:00 horas en el espacio IriArte de la capital tinerfeña, una fábula que inspirada en estos tres animales encierra el mensaje de la búsqueda del equilibrio desde las emociones, acciones y el propósito como fórmula del éxito en la vida y en la empresa.

El hecho de recurrir a este género lo explica "por que se trata de una herramienta maravillosa capaz de guiarnos en la vida". Y aunque en apariencia pueda resultar un tipo de literatura sencilla y simple, Andrés Pascual sostiene que se decidió por este registro estilístico desde una cuestión práctica: "Cuando estamos mal por dentro, ciertamente nos cuesta un mundo enfrentarnos a ensayos y a cualquier libro de carácter sesudo".

Eso sí, ya de partida advierte de que "ni este libro, ni ningún otro, debe concebirse como una especie de piedra filosofal capaz de arreglar todos los males".

En esencia, esta obra representa una vía desde la que recuperar la inocencia limpia de la infancia. "Es verdad que con el paso del tiempo vamos creciendo y aprendiendo, pero en la misma medida estamos sujetos a la marejada que nos conduce al miedo, el estrés, el vacío... Ciertamente, los adultos complicamos la vida más de lo que realmente es".

Y, en este sentido, acaso se hace necesario desaprender. "De los novelistas, y por extensión de los escritores, se dice que somos gente curiosa, observadora. Yo considero que no hacemos otra cosa que describir nuestra propia existencia. Solo basta con cerrar los ojos y abrir el alma".

La ciudad en la que se localiza el comienzo de la obra se denomina Sombría, que "representa la imagen de un mundo gris, triste y desolado", un lugar donde la niebla siempre está presente, cubierto por húmedos charcos y en el que las lápidas carecen de fecha.

En cuanto al personaje, Gabriel, un sastre desencantado, el autor señala que se trata de un perfil que "habita en todos nosotros". Y explica que "el objetivo final no es otro que permanecer en la sombra el menor tiempo posible, que la tristeza y la soledad no se conviertan en compañeras permanentes del viaje vital".

Andrés Pascual considera "un placer inmenso" recibir mensajes optimistas de personas que han leído sus obras. "Al principio representaba para mí una responsabilidad, pero entiendo que cuando haces algo desde la verdad no hay nada que tener".

Así surge la vida, de forma espontánea desde al caos cotidiano.

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