Tres artículos escritos por autores canarios, dos sobre Manolo Millares y uno sobre el chef Ignacio Domenech, son los únicos incluidos en el libro "Dolor, represión y censura política en la cultura del siglo XX", que se presenta hoy, a las 19:30 horas, en el Círculo de Bellas Artes de la capital tinerfeña.

Este trabajo, coordinado por el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada, el tinerfeño David Martín López (La Orotava, 1979), es un ensayo multidisciplinar en el que participan más de cuarenta autores de universidades de Europa y América, quienes ahondan en las dificultades que tuvieron algunos creadores en las dictaduras de Italia, Chile, Brasil, España, Argentina o Portugal durante el siglo XX. También participan profesores de otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Uruguay y México.

La obra, publicada por Libargo Editorial, será dada a conocer por el propio David Martín, quien estará acompañado por el profesor de Didáctica de la Expresión Musical de la Universidad de Granada y director académico en Libargo, y de Carlos Castro Brunetto, profesor del Departamento del Arte y Filosofía de la ULL.

Esta recopilación de reflexiones refleja las vicisitudes de algunos artistas en tiempos de represión y dictadura y su forma de representar la angustia y la inconformidad política del momento en el mundo de la música, la pintura, las artes escénicas, el cine, la escultura, la arquitectura, la literatura o la gastronomía.

"Es un libro multidisciplinar con reflexiones en torno al dolor, la censura y la represión en la cultura contemporánea que surge de un proyecto I+D del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada, realizado con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad. Lanzamos una convocatoria abierta a todo el que tuviera algo que decir sobre este tema. Recibimos más de sesenta propuestas, seleccionamos las de cuarenta y cinco participantes, recogidas en treinta y nueve capítulos que hablan de temas muy variopintos", señaló Martín.

La presencia de autores canarios, ninguno de la Universidad de La Laguna, está representada por la periodista Yanet Acosta, que firma el artículo "El arte culinario tras la Guerra Civil española. El deseo frustrado de un cocinero, Ignacio Doménech".

También participa José Luis de la Nuez Santana, pero lo hace con la Universidad Carlos III, con el ensayo "El artista en tiempos de represión: Manolo Millares y su postura política en el ámbito del informalismo español". Y la profesora de la Universidad de Las Palmas Ángeles Alemán Gómez contribuye con su reflexión titulada "Mutilados de paz, de Manolo Millares. Homenaje al padre represaliado por la dictadura".

"El único artista canario sobre el que se han enviado trabajos han sido los referidos a Millares. Tenía ganas de que hubieran mandado algo más y la verdad es que me ha sorprendido que no hubiera referencias a autores como García Cabrera o Pérez Minik", comentó David Martín.

El profesor tiñerfeno destacó otras colaboraciones que proponen reflexiones muy interesantes sobre creadores que subvirtieron el sistema y el discurso oficial a pesar de formar parte de él, como el caso de algunos portugueses o italianos que trabajaron para Salazar o Mussolini.

"Tenemos muchos capítulos singulares sobre las dictaduras de Chile, Brasil, Italia, o sobre la liberación y el dolor en la formación de la música negra en Estados Unidos, algunos de cuyos promotores fueron llevados a la cárcel, otros sobre la Alemania Nazi y comunista".

Relacionados con España hay muchos, entre ellos uno que analiza la obra de Narciso Ibáñez Serrador y Antonio Mercero como crítica al franquismo, otro sobre el silencio de los artistas gallegos durante la dictadura y otro que plantea el discurso político de las carátulas de los discos en el franquismo y en la transición, al igual que la represión del pintor Ocaña por ser transexual, entre otros trabajos.

"La conclusión es que el artista juega un papel importante a la hora de transmitir y en muchas ocasiones no se debe juzgar a aquellos que se han quedado bajo el silencio porque hay veces que han ayudado a subvertir el sistema e incluso formar una subcultura que se ha visto, con el tiempo, que tenía más tintes de libertad y denuncia que el de algunas personas que se habían exiliado", concluyó.