Una muestra que oscila en torno al templo de Debod que los gobernantes egipcios regalaron a España en el año 1971 y los 25 años de Egiptología en la ULL. Ese es el sentido de la exposición "Debod. Rituales para mantener la vida en orillas del Nilo", que en la jornada de ayer se inauguró en la Biblioteca General y de Humanidades ubicada en el Campus de Guajara.

Miguel Ángel Molinero, que al mediodía de ayer participó en una mesa redonda con la especialista en Historia Antigua Elena María Pérez González, es el director de un proyecto que toma impulso a partir de una medida extraordinaria que tomó el Gobierno egipcio en el ecuador del siglo XX.

En 1950 ya existía un proyecto para ampliar la antigua presa de Asuán con el objetivo de aumentar la capacidad eléctrica del país y potenciar su industrialización. Esta medida implicaba anegar unos 500 kilómetros de valle y expulsar de ese territorio a diversas poblaciones nubias.

La UNESCO logró la implicación de una veintena de países, entre los que estaba España, con el objeto de evitar que valiosos yacimientos arqueológicos de la Baja Nubia fueran sepultados por millones de metros cúbicos de agua.

España, que no tenía una gran tradición egiptológica, participó activamente en una misión arqueológica en Nubia (1960-1966). Esta cooperación internacional acabó con el Templo de Debod instalado en una colina ajardinada en el centro de Madrid, tras permanecer seis décadas bajo las aguas de la primera presa de Asuán. A partir de ahí, la ULL se implicó en diferentes proyectos de investigación (Tahut) orientados al estudio de los graffitis y sus relieves. Una parte de esas conclusiones se pueden ver hasta el 15 de marzo en Guajara.