"Para mí es lo mismo estar en Londres o en un escenario más pequeño, porque al final todo el mundo tiene el corazón en el mismo sitio", dijo la cantaora Carmen Linares, con una sonrisa y la mano sobre el lado izquierdo del pecho, en una entrevista con Efe.

La artista se encuentra en la capital británica con motivo del Festival de Flamenco, que inauguró anoche en el teatro Sadler''s Wells con su último espectáculo, "Tempo de Luz".

"Somos un grupo, y lo que traemos es un encuentro de las tres vertientes del flamenco, cante, baile y guitarra, pero presentamos un concepto diferente de espectáculo", explicó.

En "Tempo de Luz", Linares comparte escenario con los cantaores Marina Heredia y Arcángel, la bailaora Ana Morales, los guitarristas Miguel Ángel Cortés y José Quevedo "Bolita", y el percusionista Paquito González.

De alguna manera, a pesar de tener a tantos artistas de tan alta talla y reconocimiento encima, el escenario no se sobrecarga y el espectáculo fluye en un tiempo perfecto, mientras los creadores tocan y bailan canciones populares del flamenco y homenajean a poetas como Federico García Lorca o Rafael Alberti.

Los intérpretes se van alternando y actúan juntos, pero nada se compara al silencio sepulcral y casi sagrado que se extiende entre el público cuando se ilumina un solo foco sobre el escenario y "la gran dama del cante" se aproxima al borde y canta de pie, solitaria e indudablemente grande.

Linares confesó que cantar en Londres no es distinto que hacerlo en cualquier otro sitio: "Cuando un artista se sube al escenario sale a darlo todo, a sacar su arte para que la gente reciba eso que se llama ''vaciarnos'' y sienta lo que estás expresando".

Lo que para otros artistas podrían ser frustraciones, como cantar en un idioma que el público no entiende o ante un patio de butacas silencioso -hubo quien chistó al principio de la representación ante algún "olé", aunque fue inmediatamente acallado por pitos y más vítores para los artistas- no lo es para Linares.

"Durante la representación, unos podrán entender más que otros, pero cuando tú das tu verdad, la gente la recibe, aunque sea en otra lengua porque la música tiene un idioma universal", apostilló.

La cantaora mantiene esa misma opinión en relación a cualquier forma de arte y apuntó que "cada uno tiene pasión por una cosa". "Yo tengo pasión por el flamenco pero creo que cuanta más pasión tengamos y por más cosas, Ñmucho mejor!", enfatizó.

El valor de este sentimiento es algo que Linares señaló especialmente, "porque tener pasión por algo y llevarlo dentro -agregó- te proporciona mucha felicidad y mucha paz."

Si algo pudo transmitir la cantaora más allá del escenario fue, precisamente, paz, reflejada en su postura y en su manera de hablar, una tranquilidad mantenida incluso hablando de temas que la preocupan y sobre los que también busca hacer pensar con su arte.

A ese respecto, "Tempo de luz" forma parte de un certamen dedicado a la capacidad creativa de las mujeres que, según Linares, "han aportado muchísimo" a esta tradición.

"El flamenco es el mismo para el hombre y para la mujer, aunque lógicamente una mujer muestra su sensibilidad y el hombre la suya; pero realmente yo creo que aportamos cosas diferentes porque individualmente cada ser humano va a dejar algo distinto en el escenario, sea hombre o mujer", comentó.

Sin embargo, para Linares resulta indudable que la profesión en sí puede cambiar mucho siendo mujer y explicó que "durante un tiempo era un obstáculo, el flamenco no estaba bien visto como carrera" y ellas tenían que "luchar más" para abrirse "camino".

"Yo creo que al tener más dificultades tú pones más de tu parte para demostrar que estás en el sitio que tienes que estar, que estás luchando y que te lo mereces", añadió sobre su propia experiencia.

En cuanto al papel político de este estilo, la cantaora opinó que se trata de algo asociado al arte en general, aunque "en el flamenco hay muchas letras reivindicativas de la lucha social".

"Yo creo que el flamenco no está de espaldas a lo que pasa y que nosotros mismos, como artistas, estamos en el mundo y no estamos fuera", a lo que añadió que, como creadora, "no te puedes sustraer del avance del tiempo y de la vida".

Al final, lo que hace Carmen Linares es un reclamo constante, en el escenario pero también más allá de éste, a la importancia del arte que, concluyó, "te enriquece como ser humano y te alimenta el alma, y que es tan necesario en estos tiempos".