Algunos de los sueños que han merodeado por la mente del artista tinerfeño Celestino Mesa (1963) durante muchos años están plasmados en la selección de obras que presenta, hasta el próximo 23 de marzo, en el Centro Cultural La Capilla del edificio central de la Universidad de La Laguna.

La muestra, titulada "El ensueño de los ángeles cansados", tiene como protagonista a la figura humana inmersa en situaciones que pertenecen a un mundo que roza el realismo mágico, además de escenas cotidianas de la vida en la calle basadas en recuerdos personales que encierran determinados mensajes, algunas con ciertos elementos ajenos al contenido de las mismas, desnudos en ambientes neutros y de ensueño y ciertas partes de la anatomía humana que reflejan tensión.

La mayoría de las pinturas se presentan en unos ambientes íntimos recreados con juegos de luces y colores primarios con tonos pastel que proponen un intento de diálogo del artista con el espectador a través de los sentimientos que pretende transmitir. También destacan los dibujos y bocetos en los que predominan los grises, medios tonos y veladuras.

La treintena de piezas elegidas para esta muestra de formato mediano, de las más de medio centenar que integran la colección, además de algunos bocetos expuestos en una vitrina, han sido realizadas con diferentes técnicas y soportes, como óleo, acrílico, tinta y grafito, y combinados mixtos sobre lienzo y cartón.

Celestino Mesa confesó que vive un periodo creativo iniciado hace ya años en el que pinta lo que realmente desea, después de abandonar, salvo algunas excepciones, la temática costumbrista que definió gran parte de su producción anterior.

Esta exposición, según comentó, "es el resultado de un trabajo que empecé hace más de veinte años. La idea fue hacer algo relacionado con el cuerpo, con la figuración, con el lenguaje de las manos, de las ideas que le vienen a uno a la cabeza en los momentos en los que está en el taller. De ahí viene el enfado del artista. Y después esos sueños que te levantas pensando en algo y tienes la idea de que estás volando. Muchas de las obras son visiones de sueños que uno traduce en colores y figuración".

También indicó que algunas de las obras son más místicas, más de pensamiento, que tienen que ver en cierto modo con cuestiones religiosas, otras describen a gente caminando por la calle con el fondo de una ciudad.

"El mensaje que dan unen un momento dado, una posición, una luz, un movimiento, una mirada. Eso es lo más importante, lo que el cuerpo quiere decir, la expresión corporal y el sentimiento que influye en un movimiento, o una tensión de un brazo, de una posición de una mano, o una luz en una cara".

Con respecto al título de la colección, aclaró que adquiere un carácter místico y se refiere a todas esas ideas y vivencias que tiene uno en relación con el arte y que con el tiempo pesan y cansan.

También reconoció que ha tenido que superar diferentes retos de carácter técnico, entre los que sobresalen las diferentes perspectivas elegidas para representar los personajes, en algunas ocasiones él mismo, en una superficie plana.

"Ha sido muy complicado hacer una exposición de este calibre, sobre todo con cuerpos con movimiento y poniendo varias figuras dentro de la composición. No sólo controlar las dimensiones para que sean acordes cuando se incluyen varias figuras dentro de un mismo lienzo, sino el mensaje que tiene que dar para que el lienzo adquiera vida. Esta exposición se ha fraguado durante muchos años, han sido muchos bocetos que han estado pendientes...".

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