Guillermo del Toro puso ayer el broche de oro y un final feliz al cuento fantástico de "La forma del agua" con cuatro Óscar, entre ellos los de mejor película y mejor director, en una ceremonia histórica para Chile, que se llevó el premio a la mejor cinta extranjera con "Una mujer fantástica".

"Hace pocas semanas, Steven Spielberg me dijo que, si finalmente subía al podio a por este premio, debía recordar que soy parte de nuestro legado, nuestro mundo de cineastas, y que estuviera orgulloso por ello", señaló. "Estoy muy orgulloso y quiero dedicar esto a todos los jóvenes cineastas".

Del Toro se convirtió en el tercer mexicano que consigue la estatuilla al mejor director tras Alfonso Cuarón ("Gravity") y Alejandro González Iñárritu ("Birdman" y "El renacido").

El de Guadalajara, con el Teatro Dolby en pie, comenzó su discurso de agradecimiento de forma potente: "Soy un inmigrante, como Alfonso y como Alejandro, mis compadres. Como Gael (García Bernal), como Salma (Hayek) como muchos de vosotros".

En los premios de interpretación no hubo sorpresas y se alzaron con la victoria Gary Oldman como mejor actor ( "El instante más oscuro"), Frances McDormand como mejor actriz ( "Tres anuncios en las afueras"), Allison Janney como mejor actriz de reparto ( "Yo, Tonya") y Sam Rockwell como mejor actor de reparto ( "Tres anuncios en las afueras").

Rockwell dedicó el Óscar a su íntimo amigo Philip Seymour Hoffman, fallecido en 2014.

Del Toro no pudo completar su felicidad con el premio al mejor guion original -al que aspiraba junto a Vanessa Taylor-, trofeo que fue a parar a Jordan Peele con "Déjame salir". Peele se convirtió así en el primer afroamericano que se lleva el trofeo en esa categoría.

Historia hizo también la cinta chilena "Una mujer fantástica", ganadora del Óscar a la mejor película extranjera, una cinta dirigida por Sebastián Lelio y protagonizada por la actriz transexual Daniela Vega. "Esto es un regalo increíble", dijo Lelio sobre el escenario antes de dar las gracias a los productores del filme, Juan de Dios Larraín y Pablo Larraín.

También agradeció especialmente el premio a Vega por ser "la inspiración de esta película", una dedicatoria que fue recibida con un gran aplauso por el público del Teatro Dolby de Los Ángeles.

La película de Lelio era la segunda producción chilena de la historia en lograr la nominación en este apartado de los Óscar, tras "No" (2012) de Pablo Larraín.