La brecha generacional entre los artistas es algo más que una evidencia, las diferencias culturales innegables y la coctelera de géneros musicales una explosión de diversidad que confluye en el mismo punto: la música que suena en español. Esa es la esencia que suelen transmitir los Premios Cadena Dial, una cita que volvió a elegir anoche a la capital tinerfeña para "condecorar" a los intérpretes más influyentes. En torno a cinco mil personas se dieron cita en el recinto ferial para ser testigos de un espectáculo de gran tonelaje que se alargó durante más dos horas y media. La juventud de los hermanos Adexe&Nau fue uno de los argumentos iniciales de una gala que empezó a hervir con el "Salta" de la banda Tequila, uno de los tres reconocimientos más gruesos de la noche, junto con el que se llevaron Manolo García y el colombiano Carlos Vives.

Marta Sánchez, en el epicentro de la actualidad por la versión que recientemente hizo del himno nacional, un renacido Antonio Carmona y David Bustamante dieron paso a la nueva ornada de estrellas que tomaron impulso a través de "Operación Triunfo". Y es que en los escenarios auxiliares -el público tuvo que compartir sus miradas con tres plataformas- emergieron Amaia y Alfred, para mostrar a los asistentes el tema que representará a España en la próxima edición de Eurovisión ("Tu canción"), y la lagunera Ana Guerra y Aitana, que rompieron el sosiego con "Lo malo".

Al momento efervescente de "OT" le siguió la reveladora aparición de Amaia Montero. El título de la canción que interpretó -"Nacidos para Creer"- fue toda una declaración de intenciones en una fiesta en la que veteranos y noveles compartieron focos. Rozalén ("Los girasoles"), Bebe y Juanes ("Es tarde") y Antonio José ("Me haces falta") llegaron antes de que Manolo García tuviera entre sus manos uno de los grandes reconocimientos de esta edición. Su "Nunca es tarde" inundó todo el perímetro del recinto ferial segundos antes de que Vanesa Martín y Niña Pastori compartieran micrófonos. Carlos Rivera ("Lo nuestro") abrió un paréntesis antes de que dos gladiadores de la escena internacional desenfundaran sus composiciones: Sergio Dalma ("Ese amor no se toca") y Carlos Vives ("La bicicleta" y "Robarte un beso") se repartieron los últimos platos de una "cena" musical que reservó para el postre las actuaciones de Pablo López, en un momento álgido de su carrera, y la siempre llamativa, y ayer cumpleañera, Malú ("Invisible").