La mayoría de ellos no pueden ver físicamente la fotografía que han realizado, o la aprecian con siluetas y contornos, en la penumbra, pero sí tienen una imagen mental que han compuesto y definido con la ayuda de un monitor que les describió el escenario y ellos apretaron el disparador.

La experiencia ha sido muy gratificante para todos, aseguró el fotógrafo Joaquín Ponce de León, quien impartió un curso a ocho personas ciegas o con discapacidad visual grave dos días a la semana durante tres meses. El resultado de aquellos conceptos técnicos que les explicó se traduce en una colección de noventa y siete obras que se exhiben, hasta el próximo 25 de marzo, en la sala L del Centro de Arte La Recova de Santa Cruz, con el título "Cámara lúcida".

Esta iniciativa, promovida por la Fundación DISA y la ONCE, ayudó a los participantes, que tenían edades comprendidas entre los 16 y los 60 años, a superar uno de sus principales temores, el reto de hacer una fotografía sin verla, imaginándosela, comentó Ponce de León.

"Se partía de dos tipos de personas, unas invidentes totales y otras con una visibilidad reducida, que tienen algunas herramientas para trabajar y ver lo que hacen. A estos había que enseñarles lo que es la técnica. Para los ciegos es más complicado. El trabajo con ellos fue más a nivel de que antes de tener la obra terminada, tenían que tener la pieza en la cabeza".

En este sentido, puntualizó que "hay un trabajo de reflexión, de pensar qué quieres hacer y llevarlo al terreno visual, apoyándote en gente que sí vea, o mínimamente para ayudarte a crear eso. La decisión final se basa mucho en lo que son las sensaciones (...). Al final es un juego de preguntas y respuestas para que llegue a crear la imagen que tiene en su mente. Tu le vas haciendo descripciones y una vez que tiene esa información en la cabeza te indica cómo quiere que sea esa imagen. Es como pintar un cuadro, poco a poco, entre dos personas", matizó.

La muestra contiene instantáneas con diferentes temáticas, algunas relacionadas con el fotoperiodismo, otras con el paisaje, mientras otras entran en el terreno de lo conceptual, la abstracción o fotografía pintada por la luz.

Uno de los alumnos fotografió las instalaciones del Astrofísico de Canarias, otros trabajaron sobre manchas, sobre metáforas relacionadas con el mundo de los ciegos, la arquitectura de ciudades como Santa Cruz y La Laguna, o mostrar sentimientos de alegría, tristeza o pena, o trabajar con formas y colores.

Ponce de León ha aprendido muchas cosas tras desarrollar este experiencia, en la que ha comprobado la capacidad de estas personas para echarle ganas y superar las limitaciones, ir para delante.

"Las fotografías tienen calidad, están muy bien si tenemos en cuenta cómo se han realizado. La gente que va a la exposición se sorprende de que un invidente haya hecho este trabajo. Ha sido una experiencia muy interesante meterse en la cabeza de una persona que trabaja con metáforas visuales o conceptuales. Ver el mundo de otra forma".

Joaquín Ponce de León

fotógrafo y monitor que impartió el curso